Jesús Nolasco, quien trabaja reparando zapatos en la esquina de la calle Mariño, mira con desesperanza la situación que de ahora en adelante debe afrontar tras perderlo todo durante el incendio suscitado este jueves en la residencia en la cual habitaba desde hace algunos meses.
Según indicó, tenía al menos cuatro meses rentando la habitación de dicha residencia, donde, según indicó, todo estaba normal hasta el momento en que se generó el incendio, del cual no tienen idea qué pudo haberlo iniciado. «Aún esperamos respuesta de los bomberos, pero según el comandante de los bomberos, pudo haber sido un corto circuito, lo raro es que la cablería estaba bien».
Sin casa y con deudas
Destacó que en dicha habitación tenía zapatos de clientes, algunos muy costosos , por lo que ahora necesita ayuda para saldar deudas. «No sé que voy a hacer, porque había zapatos de marca, de más de cien dólares inclusive. ¿Cómo cancelo esa deuda tan grande si no tengo ni dónde vivir?, ni tengo donde pasar la noche», dijo con nostalgia al momento de recordar que debió dormir en casa de amigos.
Resaltó que una de las primeras acciones que hizo fue correr, tratar de tumbar una de las puertas y proceder a buscar agua desde la sede de la antigua Curia Diocesana para sofocar las llamas y evitar daños mayores, hasta que llegaron los bomberos con la cisterna. «Allí no había problemas con bombona ni nada de eso, entonces aún no nos explicamos qué sucedió», recalcó.
De igual manera ocurrió con Mary Martínez, quien llevaba alrededor de 15 años habitando el lugar, quien también perdió buena parte de sus cosas personales, por lo que solicitan ayuda para solventar tan amarga situación en estos momentos.
Cuatro casas incendiadas
Como es sabido, con esta ignición, ya son cuatro las viviendas que en Maturín han sufrido pérdida en menos de tres meses, algunas con saldo lamentable, tal como ocurrió en el sector Las Garzas, el primero fue en Palma Real, el pasado 26 de junio, una segunda vivienda se incendió en el sector Los Jabillos y ahora ésta, de la calle Mariño.
Cabe resaltar, que en muchas comunidades se observan cables que al rozar con las guayas de alta tensión, por acción del viento, «echan candela», como dicen algunos vecinos, de igual manera, hay cables empalmados a medias o mal empalmados que representan un peligro para los habitantes, lo cual «debe ser evaluado», consideran en algunos sectores.
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