La infancia desasistida se encuentra en cualquier esquina del casco central de Maturín, despertando la consciencia de algunas personas y en otros el rechazo y la tristeza, al observar de reojo a los niños de la calle sin un hogar, medio vestidos esperando que la caridad de alguien les permita comprar un pan.
Recostada en cualquier esquina así pasa el día una joven muchacha que a su costado lleva a uno de sus niños, pues varios comerciantes manifestaron que a veces anda con tres pequeños con la mirada a la deriva quizás buscando respuesta a su condición o acostumbrada a llevar la vida indigente.
Calles de Maturín convertidas en la guardería de madres indigentes
Las preguntas que muchos maturineses se hacen cuando la ven a diario deambulando por la calles del centro son ¿Cómo llegó a esta situación de indigencia que la ha hecho llevar a su hijo a tan deplorable condiciones de vida? ¿Por qué las autoridades regionales o del Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente (Cpnna) no han hecho nada la respecto? ¿Dónde esta el padre del niño o su familia? preguntas que se hacen las personas una vez y que a los segundos quedan olvidadas, pues nadie se acerca a averiguarlas o a exponer el caso ante los organismos de ayuda social.
Los juguetes del pequeño son lo que se presume que le regalan a su madre en los comercios, en esta ocasión son unos muñecos de nieve viejos.
Rosario Rojas comerciantes expresó «Da lastima por el niño o por los niños porque tiene como tres, pero también me genera molestia porque la muchacha es joven y si van a iniciar su vida sexual deben de cuidarse para no quedar embarazada porque después son los pequeños los que pasan trabajo cuando no tienen para darles calidad de vida».
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