Al estacionar en las calles de la ciudad de Maturín, el conductor debe estar pilas y divisar si existe alguna circunstancia extraña a su alrededor para evitar ser víctima de robo, tomando en cuenta que los amigos de lo ajeno se valen de cualquier excusa para cometer sus fechorías.
Resulta que ahora están utilizando la estrategia del clavo para tener acceso a los vehículos y llevarse cuanto esté a su alcance, tal como le ocurrió este viernes a Alberto Piamo, quien estacionó su vehículo en las adyacencias de la plaza El Estudiante, donde le robaron su teléfono celular.
Aconteció, que mientras esperaba a su acompañante, un sujeto, que supuestamente se dedica a la venta de caramelos, se le acercó para decirle que tuviera cuidado al salir debido a que tenía «un clavo cerca del caucho», marchándose de inmediato.
Rápido
Ante el alerta, Piamo se bajó del vehículo para cerciorarse de la situación, dejando su teléfono celular dentro del mismo, pero para su sorpresa, al abordar nuevamente la unidad, se percató de que ya el móvil no estaba dentro, por lo que preguntó a varias personas que se encontraban en las inmediaciones de la plaza, entre ellos, varios vendedores de café y cigarrillos, quienes aseguraron que no vieron a nadie cerca del carro.
Complicidad
Piamo sospecha que se trata de vendedores cómplices que cometen los delitos de manera rápida para no levantar sospechas. «Mientras uno entretiene al conductor, el otro está pillando los movimientos de uno para abordar el carro y robar como me sucedió a mí esta vez, porque me confié y no es nada, que allí mismo están unos policías y ¿Cuál es la seguridad?», dijo el hombre.
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