Al menos cuatro carros bomba simultáneos y motines en dos prisiones, con policías y guardias atrapados dentro y retenidos por los presos, han vuelto a poner el foco sobre la violencia en Ecuador; justo pocos días después de que concluyera una trágica primera vuelta de las elecciones presidenciales, con el asesinato del candidato Fernando Villavicencio por parte de una banda.
En cuestión de pocas horas, entre la noche del miércoles y la madrugada del jueves, se han registrado cuatro vehículos con artefactos explosivos que han acabado calcinados sin dejar víctimas, dos de ellos en Quito y otros dos en Machala y Pasaje, dos ciudades de la sureña provincia de El Oro, fronteriza con el Perú.
Si bien la policía todavía investiga la relación entre los acontecimientos de Quito y los de las otras dos ciudades, la similitud entre ellos y la coincidencia en el tiempo inclina a los investigadores a pensar en su conexión, y piensan que una banda criminal puede estar detrás de estos «actos terroristas», como los han calificado. Para los agentes, tanto los coches bomba como los motines pueden ser una respuesta del crimen organizado a las intervenciones que están haciendo recientemente las Fuerzas Armadas en las prisiones para desarmar a las bandas criminales que controlan internamente los centros carcelarios del país.
A estas alturas hay diez personas detenidas por sus presuntos vínculos con los dos coches que explotaron en Quito, y ninguna en relación con los otros dos en el sur del Ecuador. Es la primera vez que se registra en la capital del Ecuador un presunto ataque simultáneo con coches bomba, cosa que ya se había visto el año pasado en Guayaquil, uno de los epicentros de la crisis de violencia del país, al encontrarse allí el puerto mayor del país y una gran puerta de salida de la cocaína traficada por el crimen organizado.
Reacción a la ofensiva para controlar las prisiones de Ecuador
Tanto las explosiones de los automóviles como los amotinamientos se dieron pocas horas después de una masiva intervención con 2.200 policías y militares en la prisión de Latacunga, situada en la provincia de Cotopaxi, a unos 70 kilómetros en el sur de Quito, y presuntamente controlada por la banda criminal autodenominada “Los Lobos”. Esta banda adquirió recientemente notoriedad internacional por atribuirse el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Eso explicaría, según las autoridades, que los vehículos de Quito estuvieran dirigidos contra edificios vinculados al Servicio Nacional de Atención Integral en Personas Privadas de Libertad (SNAI), el departamento estatal encargado del control y administración de las 35 prisiones que tiene el Ecuador.
En este operativo en la prisión de Latacunga se requisaron 49 armas blancas y dos chalecos antibalas, entre otros objetos prohibidos, a similitud de otras intervenciones realizadas anteriormente en otras prisiones con el objetivo de detener la serie de masacres carcelarias que, por enfrentamientos entre estas bandas, han dejado a más de 400 presos asesinados desde 2020. Semanas atrás, en el complejo carcelario de Guayaquil, un conjunto de cinco prisiones que albergan a unos 12.300 presos, donde encontraron un arsenal de armas de guerra como fusiles, lanzagranadas y granadas en manos de los presos. Por primera vez los policías y militares entraban a requisar armas a una de las prisiones controladas presuntamente por los Lobos, lo cual hizo que se amotinaran otras prisiones bajo control del mismo grupo criminal, como las de las ciudades de Cuenca, Azogues y Machala.
Guardias y policías retenidos
El amotinamiento mayor se ha dado en la prisión de Cuenca, donde los presos mantienen retenidos a 57 agentes, entre ellos a 50 guardias carcelarios del SNAI y siete policías. Un total de 600 policías y militares permanecen desde el miércoles fuera de la prisión sin acceder a ella. «Estamos preocupados por la seguridad de nuestros funcionarios, tanto policías como agentes penitenciarios,» ha declarado el ministro del Interior del Ecuador, Juan Zapata, quien ha afirmado que las autoridades ejecutan una línea de acción para salvaguardar la integridad de los retenidos, si bien ha dicho que no podía dar detalles por seguridad. En redes sociales se ha hecho viral un vídeo, grabado presuntamente desde dentro de la prisión de Cuenca, aparentemente por parte de los policías y guardias carcelarios retenidos, donde hacen un llamamiento al Gobierno para encontrar una solución que permita su liberación.
Otros quince guardias se encuentran retenidos en la prisión de Machala, según han explicado los medios locales, extremo todavía no confirmado por el SNAI. También ha habido un intento de motín en el correccional de menores Virgilio Guerrero, en Quito, donde los adolescentes han causado un incendio en el segundo y tercero piso de este centro, lo cual ha obligado a los bomberos a un gran despliegue para controlar las llamas, aparentemente sin víctimas.
Lea también:
Guatemala declara emergencia sanitaria por epidemia de dengue