Acción Democrática, fundada el 13 de septiembre de1941, se define desde sus orígenes como un partido policlasista, nacionalista, revolucionario, antifeudal y antiimperialista. De su seno fueron electos presidentes de Venezuela, Rómulo Gallegos, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi.
Copei nació el 13 de enero de 1946, basado sobre los ideales del humanismo cristiano, de sólidos principios democráticos, signado por la defensa de los derechos humanos y sociales, entre tantos el derecho al trabajo. Líderes suyos, Rafael Caldera y Luis Herrera Campíns, alcanzaron la presidencia de Venezuela.
Rivales históricos ayer, hoy marchamos juntos por una Venezuela diferente a construir pacífica y electoralmente.
Escribo esta columna, madrugada de lunes en San Cristóbal. El fin de semana fue de muchas emociones en Mérida y en esta capital tachirense. Miles de hombres y mujeres, otrora enfrentados, activamos entusiastas, en ciudades y pueblos, bajo banderas blancas y verdes, invitando a votar para salir de la pesadilla que se vive desde hace veinticinco años.
Frente en alto, orgullosos de nuestro pasado, recordamos en cada localidad visitada las muchas realizaciones de nuestros gobiernos que bien puede resumirse en una sola frase: “No hay una obra buena distinta a las que presidentes, gobernadores y alcalde, militantes de AD y de Copei, legaron a lo largo y ancho del país”.
AD y Copei hicieron posible la democracia en Venezuela.
AD y Copei llevaron a Venezuela desde la ruralidad a la modernidad. AD y Copei multiplicaron escuelas, liceos y universidades, hospitales, dispensarios y medicaturas, electrificaron y dotaron de acueductos hasta el último rincón, construyeron miles de kilómetros de autopistas y carreteras, aeropuertos y puertos, grandes represas, el Metro de Caracas, reivindicaron el Esequibo y defendieron a ultranza la integridad territorial, nacionalizaron la industria del hierro y del petróleo que gestionadas transparente y eficientemente fueron pivote para el desarrollo, concibieron e impulsaron las industrias básicas, promovieron la libre empresa y el emprendimiento.
En los gobiernos de AD y Copei la emigración era inexistente. Ninguna familia pasó por el dolor de los “hijos ausentes”, en palabras de Andrés Eloy Blanco. El bolívar valía, los sueldos y salarios permitían calidad de vida y las jubilaciones y pensiones eran dignas. Educación y salud eran prioridad como también la seguridad.
En los tiempos difíciles, de tiranías, militantes de AD y Copei sacrificaron sus vidas, sufrieron torturas, cárceles y exilios, luchando por el mejor mañana de todos.
Con el Pacto de Punto Fijo se garantizó gobernabilidad y un período de cuarenta años de creciente progreso. Betancourt y Caldera entendieron que sólo era posible consolidar las instituciones de la democracia de la mano los grandes partidos políticos de la época.
En las dificilísimas circunstancias del presente, el liderazgo de Acción Democrático y Copei, Bernabé Gutiérrez y Juan Carlos Alvarado al frente, anteponiendo los intereses de Venezuela a cualquier consideración particular, sellaron una gran alianza que se ha hecho mayor con la incorporación de antiguos rivales que también entendieron que el futuro delos venezolanos es primero.
AD, Copei, Bandera Roja, Movimiento Republicano, Unión Nacional Electoral, Derecha Democrática Popular, constituyen, a la fecha, una estrecha alianza que hará historia.
Desde la izquierda que combatió con las armas en la guerrilla a la derecha popular, hombres y mujeres comprometidos con la forja de un mejor mañana nos aprestamos a ganar las elecciones presidenciales y a gobernar en unidad nacional para convertir a Venezuela en el mejor país del mundo.
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