Este lunes el presidente colombiano, Gustavo Petro, instó a superar las fracturas como sociedad para avanzar a través del diálogo en la construcción de la paz y la igualdad.
En un discurso con motivo de su primer año en el cargo, dijo que «a un año del inicio del Gobierno del cambio el país está encontrando por fin la forma de dejar atrás un pasado de violencia, injusticia, discriminación y explotación». Durante un acto solemne en el Puente de Boyacá, donde el 7 de agosto de 1819 se libró la batalla que consolidó la independencia de Colombia.
Explicó que el país «no necesita fracturas, necesita es un acuerdo nacional que traiga la paz porque Colombia no necesita de odios».
Para el mandatario, «la paz surge de una repartición justa de la tierra, del acceso real a la salud y del trabajo en condiciones dignidad», por lo que expresó su deseo de que ojalá «todos los sectores de la sociedad se puedan sentar a dialogar sobre sus problemas concretos y de la sociedad».
Asimismo, llamó a un acuerdo nacional, para hacer realidad «un cambio pedido a gritos en las calles y en las urnas».
«Seguiremos insistiendo en las reforma a la salud, la laboral, la pensional, la de la educación, de los servicios públicos, la minería y otras», dijo en referencia a los proyectos de ley que su Gobierno tramitará en el Legislativo, la mayoría de los cuales no pasaron en el anterior periodo de sesiones del Congreso.
Petro no hizo referencia en su discurso al escándalo familia, luego de que su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, procesado por lavado de activos y enriquecimiento ilícito, comprometiera a su campaña presidencial de 2022.
Este mismo lunes, el gabinete de ministros difundió en el mismo acto una declaración de apoyo al jefe de Estado.
«El presidente que nosotros conocemos de mucho tiempo atrás y que el país y el mundo reconoce es un Petro transparente que, arriesgando su vida, ha luchado y sigue luchando contra las mafias y la corrupción que siembran violencia en nuestro país», dijo la ministra de Trabajo, Gloria Ramírez, al leer el documento.
Petro ofreció un balance de su gestión en el que puso acento en la «paz total», su programa bandera, del cual destacó las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las conversaciones con otros grupos armados ilegales.
Agregó: «Tenemos una mesa de diálogo con el ELN que ya nos ha permitido alcanzar un histórico e inédito cese el fuego, que debe ser un cese de hostilidades contra la sociedad civil», al tiempo que subrayó que también se entablaron conversaciones con bandas criminales de Buenaventura y Medellín.
Igualmente, señaló que en su Gobierno van 1.100 toneladas de cocaína incautadas, aumentó en un 16 % la destrucción de laboratorios de drogas, fueron capturados 9.030 integrantes de organizaciones criminales y se redujeron en un 29 % los delitos sexuales y el homicidio en un 3,6 %.
Aseguró que «la paz total es poner la vida por encima de los odios, del lucro de unos cuantos (…) que quieren que nos matemos para seguir creciendo negocios codiciosos, las mafias».
El mandatario añadió que, contrario a lo que profetizaban sus críticos, que iba «a desestabilizar la economía, que la inversión se iba a ir, que se perderían empleos y que subiría el dólar», el panorama es otro.
«Por el contrario, hoy podemos decir que hemos vencido la inflación que es la que golpea los bolsillos de la gente más pobre de Colombia, los precios empiezan a bajar y lo obvio es que comencemos a notar que el dinero en la familia ya alcanza para comprar la misma canasta de bienes y servicios de antes», manifestó.
Destacó que este año fueron creados 1.030.000 empleos, que la brecha de desempleo entre hombres y mujeres alcanzó en junio pasado su punto más bajo de la última década y que en mismo mes la inversión extranjera directa (IED) fue de 1.729 millones de dólares, «un crecimiento del 70 % frente al mismo mes de 2022».
Insistió que su Gobierno tiene como pilares la justicia social, «una estrella polar que nos guía, que es la base para la paz, así como la desigualdad social es la fuente indudable de la violencia», y la justicia ambiental, «un tema que se ha hecho urgente porque estamos alcanzando un punto crítico de no retorno, tanto que puede alcanzar la extinción de la vida en la Tierra».
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