La memoria es como un coche, como una máquina. Si no queremos que se deteriore, necesita combustible de calidad, estar bien engrasada, tener movimiento y rodaje. Las revisiones y una buena conducción alargarán su vida.
Con la mente y el cerebro ocurre lo mismo, los años no pasan en balde. Nuestra maquinaria cerebral requiere ejercicios. Mantener una mente joven y despierta, dentro del normal paso del tiempo, dependerá de muchos factores, entre ellos de una buena alimentación y uno hábitos saludables.
El punto de partida es el combustible. Los alimentos de una dieta beneficiosa para el cerebro tienen que ser ricos en nutrientes como los antioxidantes o las vitaminas. De hecho, la ausencia de alguno puede afectar negativamente a nuestro cerebro. «La deficiencia severa de vitamina B12 causa pérdida de memoria, disfunción mental y depresión; de forma similar, la deficiencia de folatos puede originar fatiga y confusión», advierte la doctora Mayela Marrero en un artículo original del medio español El Mundo.
Cómo ejercitar la memoria: 4 buenos hábitos
Unas sencillas costumbres afianzadas o actividades diarias ayudarán a estimular la memoria y a mantener al cerebro en el mejor estado de salud posible, procurando que esté activo y conserve su juventud. Cuanto más tiempo se le dedique, mejor.
«Pasar una media de diez minutos al día ejercitando la mente hace que nuestras neuronas, por así decirlo, no se duerman».
Neurólogo Raúl Hernández Pagaza.
Un hábito muy saludable es la lectura, ya que permite ejercitar la mente gracias a su fomento de la imaginación, la atención al lenguaje y el procesamiento de información que se recibe como un flujo constante. Y, por supuesto, favorece un buen estado de la memoria. No importa si se trata de novela al uso, libros divulgativos o cómics, hay contenidos para todos los gustos, lo importante es desarrollar el hábito de leer.
Aprender un idioma nuevo es una de las mejores fórmulas para poner a trabajar el cerebro. Al mismo tiempo, las actividades novedosas las convierten en emocionantes. Según un estudio realizado por científicos de las universidades Pompeu Fabra y Oberta de Catalunya, hablar dos idiomas de manera habitual contribuye a retrasar el deterioro cognitivo y la demencia. Además, el factor de la motivación y el enriquecimiento personal serán claves para no abandonar esta práctica.
Hacer deporte conlleva un impacto muy positivo para la actividad cerebral. Se ha comprobado que realizar ejercicio físico de forma habitual fomenta la absorción de nutrientes por parte del cerebro y optimiza la eficacia de las neuronas, estimulando sus conexiones y creando nuevas. Sin duda, excelentes noticias para la memoria.
Pero para facilitar el proceso será necesario cuidar el tiempo que le dedicamos al sueño, es decir, debemos dormir bien. El Instituto del Sueño informa de que existe una relación directa entre el sueño y la memoria, ya que es durante estas horas cuando el cerebro se encarga de procesar y gestionar toda esta información.
Con información de El Mundo
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