Si el crecimiento económico del primer trimestre del 2022 (+18%) hubiese continuado durante todo el año y durante el primer trimestre de 2023, la aprobación de gestión de NM, que estaba en 27% en diciembre de 2021, estaría rondando entre 45 y 49% porque cada punto del PIB le ha producido a NM, aproximadamente, un punto de variación en su nivel de aprobación desde el inicio de su gestión en 2013. Sin embargo, el crecimiento de 2022 fue del 9%. Y el crecimiento del primer trimestre del 2023 se perfila negativo. De allí que la medición de febrero pasado realizada por la Encuesta Ómnibus de Datanalisis diese una aprobación de gestión de NM del 22%. Un desaprovechamiento de 23-27 puntos.
Las repercusiones electorales de la evolución de la economía y del nivel de aprobación de gestión del presidente se deben a que las correlaciones entre dicho nivel de aprobación, las intenciones de voto y el voto efectivamente depositado han sido muy altas desde los tiempos de Hugo Chávez: un + 0,967, cerca de +1,0; una correlación casi perfecta. Es decir, que si de hoy en adelante hasta la fecha de las elecciones, supongamos en abril de 2024, la economía creciese 20%, NM podría estar rondando unos 42 puntos de aprobación de gestión y de votos. Estos votos, sumados a una abstención del 25%, darían un total de 67%, quedando sólo un 33% de los votos para el candidato opositor: En este escenario, NM tendría unas altas probabilidades de ser reelecto. En términos de votos válidos, el potencial de NM sería de 56% versus 44% para su competidor. Si la oposición presentase más de un candidato, la ventaja de NM sobre el siguiente sería mayor y la indisputabilidad de su elección sería patente. El reconocimiento de su gobierno y las objeciones a las sanciones económicas al país tenderían a crecer.
Pero eso no es lo que está pasando. Desde el impacto del IGTF, a principios del segundo trimestre de 2022 y el disparo de los impuestos municipales, tasas y precios de servicios y bienes públicos, la recuperación de la economía, que se venía financiando con los dineros privados y sin crédito bancario, comenzó a desacelerarse. Hoy día, los impuestos y cargas parafiscales extraen alrededor de un 53% de los beneficios de las empresas. Siendo que Venezuela es un país calificado de alto riesgo para los inversionistas por las calificadoras internacionales, que ese nivel de extracción de rentas es más alto que el de los países latinoamericanos (peor sucede con las regalías e ISLR petrolero) y que las falencias en los servicios públicos incrementan, desventajosamente, los costos de producción, se está haciendo menos atractivo al inversionista colocar su dinero en Venezuela.
De lo anterior se desprenden dos escenarios adicionales al ya descrito. En el segundo escenario, si seguimos como vamos, NM vuelve a un 12% de aprobación de gestión, muy bajo, como el que tenía en diciembre de 2020, En ese escenario, NM tiende a perder las elecciones. Aunque el deterioro económico puede hacer subir la abstención a un 35%, todavía restarían 53% de los votos para la oposición. Claro está, queda por resolver la incógnita de cuántos candidatos presenten las oposiciones. Si presentan uno, gana el opositor. Si presentan dos o tres candidatos, y uno de ellos logra sacar ventaja por su carisma y mensaje y logra contar con quien le defienda los votos en las mesas, todavía puede ganar un opositor. Pero de cuatro candidatos opositores en adelante, la dispersión de los 53 puntos tiende a perfilar un empate, en el cual cualquier ventaja rinde mucho.
El tercer escenario es intermedio: NM llega al momento electoral con un 25% de aprobación y de votos; la abstención se ubica en unos 30 puntos, lo cual deja un 45% de los votos a la oposición. Se repite que, si las oposiciones presentan un solo candidato, tienden a ganar, pero si presentan de dos en adelante, ya surge la tendencia al empate.
En síntesis, en el caso de la oposición, la pregunta fundamental no es quién es su mejor candidato, sino cuántos candidatos presenta. Y la pregunta fundamental para el caso del sector oficial es por qué insiste en medidas que frenan la recuperación económica si el 78% de los ciudadanos menciona que los principales problemas del país son económicos y de su solución depende el voto por el candidato oficial. Más bien podría revisar la política de altos impuestos porque son recesivos e inflacionarios; bajar el Encaje Legal para elevar el crédito bancario; acelerar la devolución de propiedades expropiadas y Democratizar el Capital de las empresas del Estado; negociar en México con la oposición para flexibilizar las sanciones e incrementar la exportación petrolera; entre otras medidas que dispararían el crecimiento económico.
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