El antiguo mercado de buhoneros ubicado detrás del Terminal Interurbano de Pasajeros de la ciudad de Maturín quedó totalmente abandonado luego de la pandemia, debido a que fue el mismo desincorporado del terminal terrestre, tras haber sido cercado, por lo que las ventas bajaron y por ende, provocó el cierre de la mayoría de los negocios.
Al día de hoy, tan solo queda un restaurante funcionando, de las diversas opciones de ventas de comida que hubo y donde el viajero podía escoger para su alimentación antes o después de su viaje, así como también lo hacían los trabajadores del antiguo Registro municipal, e incluso, los vendedores de dicho mercado.
Sin embargo, esto quedó sumido en la desidia, los techos prácticamente se están cayendo, el lugar se encuentra enmontado, ya son muy pocos los comerciantes que aun se arriesgan a permanecer en el lugar que ha sido tomado por una pareja que desde hace más de un año, pernocta en el mismo, y más recientemente, también lo hacen varios indígenas con cuatro niños.
Según se conoció, éstos vienen de Paso Nuevo, municipio Uracoa, al parecer por no tener buena alimentación y el agua que actualmente consumen es sucia, al no encontrar qué hacer, decidieron venirse a Maturín donde hay posibilidades de conseguir ayuda.
Sin vivienda
Asimismo, Noelis Cabello, quien dijo haber trabajado durante años como fiscal en la venta de boletos del terminal, señaló que actualmente vive con su pareja en los pasillos del mercado, situación que lleva alrededor de un año y ocho meses.
«Yo vivía con mi esposo, trabajando en las fincas, pero el se enfermó y tuvimos que vender la casa, luego murió y yo quedé sin nada, ahora vivo aquí con mi pareja, dormimos ahí, él trabaja, es zapatero, yo todavía, de vez en cuando vendo boletos para donde la gente quiera viajar y aquí estamos», dijo, mientras enseñaba el viejo colchón colocado en el suelo.
Subrayó además, que venden botellas de plástico para reciclaje, lo que los ayuda para sustentarse, comprar los alimentos que cocinan en una hornilla eléctrica y de vez en cuando comparten con la familia indígena que cuando consigue que llevarse a la boca, hace lo mismo con ellos.
Lea También:
Comunidad indígena de San José de Buja consume agua de la lluvia y del río