El Observatorio de Violencia Venezuela en Monagas se ha encargado de investigar los diversos tipos de violencia que generadas luego de venir de una etapa de pandemia, en las que se han registrado 234 casos de acoso escolar, cifra que arrastra una vieja data. Así lo informó la profesora María Palomo, coordinadora del organismo en la entidad.
La profesora Palomo, fue la invitada a «La Verdad Radio TV» con Estrella Velandia, transmitido por Sonora 99.3 FM y Monagas Visión, donde indicó que los casos de maltrato escolar que se han presentado en los últimos meses, reflejan la realidad de niños, niñas y adolescentes que viven en una familia con una falta de valores y que vino a calar en la conducta de esos jóvenes, casos donde la figura del padre y la madre no están presentes por cuestiones laborales o porque han migrado del país.
En este proceso de migración, los docentes se han visto ante casos de abandono, porque son muchachos que se encuentran a cargo de familiares y que se ven expuestos a una carencia paternal, a esto, se suma que en muchos casos, el uso inadecuado de las redes sociales los carga de un bombardeo de información que no existía hace años y que en ocasiones, les crea un factor de violencia muy marcado, además de que se produce violencia intrafamiliar que es la que genera situaciones de abuso o maltrato entre personas emparentadas.
«El niño, niña y adolescente son una responsabilidad de los padres, pero cuando algún miembro de una comunidad detecte un caso de violencia, debe denunciarlo inmediatamente», dijo.
Precisó lo importante del contexto presencial de la escuela, porque allí el docente puede evidenciar que un niño está sufriendo violencia o maltrato, a través de sus actitudes y cambios conductuales.
«El acoso escolar está condicionado por un entorno violento, cuyo detonante se manifiesta dentro de la escuela, con orientación adecuada los compañeros pueden ayudar a ese niño maltratado», afirmó.
Explicó que en el ámbito de la violencia escolar existen muchas variantes como el cyberbullying, el que se da entre los compañeros y el de los docentes a los estudiantes, resaltó que cuando algunos de estos casos se producen hay normas que aplicar basadas en la convivencia, además de organismos que van a velar este tipo de conducta como son el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Cpnna), que es el ente encargado de brindar el resguardo de la integridad de los menores involucrados.
«Hay diferentes tratamientos para aplicar, porque no es igual tratar a un adolescente de 12 años a uno de 14 a 17 años», detalló.
Asimismo relató que cuando se produce una situación en la que el padre sabe lo que está ocurriendo, debe acudir a los consejos escolares y el orientador a cargo debe acudir a las partes involucradas y hacer una negociación, para alcanzar la reconciliación y llegar a un acuerdo.
«No se puede tratar violencia con violencia, si el conflicto no cede y sigue escalando, pasa a la Zona Educativa, al Cpnna y si el delito es muy grave como injuria o maltrato físico extremo, se va a las instancias superiores», acotó.
Hay que supervisar qué ven los niños en los celulares
De igual manera manifestó la falta de supervisión que existe por parte de los padres ante el uso que le dan los niños a los celulares con Internet libre y redes sociales abiertas.
«Hay manera de regular el uso de los celulares, a través de seguridad parental, tenemos una generación que desde los 2 años saben manipular un equipo y las redes sociales, y dejar a los chamos expuestos al uso del Internet sin control, es exponerlos a un cyberbullying, que les generará ansiedad y depresión porque no saben manejar este tipo de situación», señaló.
«Para muchos niños, el único medio de distracción es un celular o una tablet, los padres deben ocuparse más en el tiempo libre de los chamos, con actividades que les permitan fortalecer otras destrezas, como el deporte, música, porque se forman disciplinas que ellos van a seguir, deben regular el uso del dispositivo», resaltó.
«Cuando un niño es golpeado, los padres suelen decir «y tú no te defendiste», cuando lo que hay que resolver es el conflicto, ir hasta el acosador y ver el porqué de su actitud, es un trabajo entre la sociedad, el padre y el estado a través de propuestas públicas al llamado de la paz. Las conductas violentas deben ser atendidas», precisó.
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