Terminó el Carnaval e inició el tiempo de cuaresma que son los 40 días previos a la Semana Mayor, con la tradicional misa de imposición de las cenizas, efectuada en todas las iglesias de la Diócesis de Maturín, incluida la Catedral Nuestra Señora del Carmen.
Este año, aparte de continuar con las medidas de bioseguridad para cumplir con este rito católico, el Papa Francisco pidió a los fieles realizar un ayuno y orar por la paz en Ucrania y en el mundo, para evitar que la guerra que recién ha comenzado se extienda con consecuencias sin precedentes.
El padre Samael Gamboa, párroco de la Catedral de Maturín informó que estas actividades que marcan el período de preparación para la Semana Santa se cumplieron con una numerosa cantidad de fieles que acudieron al principal templo de Monagas para recordar que «del polvo venimos y al polvo volvemos».
La misa matutina la ofició el párroco de la Catedral, Samael Gamboa, mientras que la vespertina le correspondió al Obispo de la Diócesis de Maturín, Monseñor Enrique Pérez Lavado.
¿De dónde provienen las cenizas?
Las cenizas destinadas para esta celebración litúrgica provienen de la incineración de las palmas bendecidas durante el domingo de ramos del año anterior.
Por medidas de bioseguridad, este año también fueron impuestas sobre la cabeza y no en la frente para evitar la cercanía cara a cara por el tema de la pandemia y el coronavirus, enfermedad de la cual hay que seguir cuidándose aunque la cifra de muertes y contagios ha bajado en Monagas por fortuna.
Por el cese de la guerra
Durante la homilía de la mañana de este 2 de marzo, el padre Samael Gamboa puntualizó que este año, a petición del Santo Padre Francisco, se debía cumplir con un ayuno especial y orar por el cese de la violencia en Ucrania.
«Al mirar las fotos de los niños heridos y otros muertos, ¿qué pensarán los que apoyan la guerra? Eso no es de Dios. Eso es el mal. Los cristianos, vengan de donde vengan rechazamos la guerra. Ninguna ideología o interés personal o político puede estar por encima del llamado de Cristo a defender la vida humana como don precioso de Dios», afirmó el presbítero.
El párroco de la Catedral de Maturín se mostró complacido por la asistencia del pueblo católico a esta misa como preparación perfecta para lo que será la Semana Santa 2022.
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