Maturineses alegan que cada primero de mayo, cuando se celebra el Día Internacional del Trabajador, es un día de mayor responsabilidad, por cuanto, deben estar como siempre, desde muy temprano para atender a quienes van a comprar, con la misma amabilidad de siempre.
Entre sus expectativas, alegan que esperan el anuncio del esperado aumento de salario, que sea cónsono con sus labores, como indicó Yen Santil, «debe ser como dice la Ley del Trabajo, a igual trabajo, igual salario; es decir, que el esfuerzo, el mérito, la responsabilidad debe ser bien recompensada».

Aprendizaje y experiencia
Por su parte, los jóvenes, Víctor Ruíz y Michelle Arbis, con cuatro y tres meses laborando, aseguran que sus experiencias les ha llevado a conocer mucho acerca de emprendimiento, contando con un gran equipo, basados en atención al público y agradecen la oportunidad de laborar, porque es una oportunidad para crecer.
Ruíz indicó que en una palabra, es una labor que ejerce con dedicación, tiempo y entusiasmo, mientras que Arbis, elevó un mensaje a los jóvenes que deseen formar parte del equipo, que pueden acercarse a cualquier tienda de Factory donde además contarán con tiempo para continuar sus estudios.

Sin muchas expectativas
Para Luis León, quien ejerce labores como trabajador informal, el día a día lo lleva a levantarse a las 5:00 de la mañana para preparar a sus niños para poder dejarlos en el colegio, así como el almuerzo que llevarán al puesto de trabajo donde permanecen hasta las 5:00 de la tarde.
«Antes vendía frutas, pero cambiamos de rama, porque se me hizo más práctico con la ropa, acá cuando los niños tienen tareas pendientes, les ayudamos a hacerlas aquí».
En cuanto a sus expectativas, aseveró «no se ve nada bueno porque el poco dinero que agarra la gente, lo usa para comprar comida y si queda algo, es para comprar algunas cositas, pero esperamos que para el día de las madres, sea mejor, la gente compra una prenda, pero para este primero de mayo no se ve nada».

Agregó: «Todos debemos trabajar un poquito más, con responsabilidad», fueron sus palabras para cada trabajador venezolano.
Esperan clientela
Entre tanto, Reimond Jiménez, vendedor de hamburguesas y perros calientes en la calle Monagas de Maturín, quien lleva alrededor de 20 años, poniendo la sazón a los productos, destacó que a través de su labor ha podido criar a sus dos hijos, se levanta desde muy temprano para llegar al puesto de comida rápida donde se establece desde las seis de la mañana hasta las cinco de la tarde.
En el puesto cuentan con seis trabajadores, con expectativas de trabajar como lo hacen cada día, ofreciendo calidad al cliente.
«Las hamburguesas y los perros calientes son muy buenas, acá les ponemos un toque especial para mantener al cliente, que busca buenos precios y calidad, los invitamos a comer bien en este puesto», dijo.

Dispuestos a la victoria
Asimismo, Iris de Sanabria, se prepara desde las 5:00 am y cada día se lleva a sus niños para dejarlos en la escuela antes de proseguir a su trabajo como vendedora de empanadas. «Para mañana primero de mayo, nos disponemos en victoria, esperando a nuestros clientes para que vengan a probar nuestras delicias», dijo.
Agregó que en tan solo un año han logrado calar en el gusto de los monaguenses y visitantes que han hecho de este puesto, ubicado en las adyacencias de la Gobernación, como uno de los mejores por la sazón que imprimen a sus alimentos.

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