Un grupo de expertos alertó sobre los peligros “de una creciente crisis mundial del agua” y han presentado en un informe publicado en vísperas de la Conferencia del Agua de la ONU las medidas “urgentes” que consideran que deben abordarse colectivamente para detenerla.
El estudio, elaborado por la Comisión Mundial sobre la Economía del Agua, un organismo auspiciado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Gobierno holandés, advierte, además, de que si se pierde la batalla para salvar el agua “el mundo fracasará también en la acción por el clima y en todos los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU”.
Para estos expertos, y a su cabeza el copresidente de la Comisión Johan Rockström, “cualquier visión sobre el cambio climático que excluya al agua es incompleto”. “Por primera vez en la historia de la humanidad, ya no podemos contar con la fuente de toda el agua dulce: nuestras precipitaciones. Estamos cambiando todo el ciclo hidrológico mundial”, dijo Rockström, citado en un comunicado que insiste en que la crisis del agua se retroalimenta con el calentamiento global y la pérdida de biodiversidad.
Transformación radical
Entre los próximos 22 y 24 de marzo, la conferencia en la sede de Naciones Unidas buscará recabar compromisos de todo el mundo para lograr una transformación radical en la forma en que se gestiona el agua, primera reunión de este tipo desde 1977.
La ONU espera que al menos doce jefes de Estado y de Gobierno, unos 80 ministros y altos responsables gubernamentales participen en esta reunión de la que saldrá una nueva Agenda de Acción por el Agua.
Según el enviado especial de Tayikistán para el Agua, Sulton Rahimzoda, de esta conferencia debe salir sobre todo un mensaje de “esperanza”. “Esperanza para los 2,100 millones de personas que todavía no tienen acceso a agua potable segura, para 3,600 millones de personas sin acceso a saneamiento seguro; esperanza para 500 millones de personas que siguen practicando la defecación al aire libre y esperanza para 2,300 millones de personas que viven en países con problemas de agua”, explicó.
El agua como un bien común global
La Comisión Mundial sobre la Economía del Agua propone un puñado de recomendaciones para abordar este reto, como reconocer y gestionar el ciclo del agua como un bien común global, reconociendo la interconectividad y la interdependencia y actuar colectivamente para estabilizar el ciclo del agua, implicando a la sociedad civil, a los gobiernos y al sector privado.
Con información de El Caribe
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