Cada 15 de enero se celebra en Venezuela el Día del Educador, para lo cual se realizan diversas actividades para homenajear al docente, hoy con más carencias que beneficios, pero con las ganas y el ímpetu de dar lo mejor de sí para colaborar con el desarrollo del país.
Este año, los actos conmemorativos se realizaron por área circuital y parroquial, en las cuales fueron escogidos docentes en representación a dichos circuitos y parroquias para reconocer la labor de quienes se esfuerzan día a día por incentivar la educación, formando ciudadanos para un mejor futuro en Venezuela, brindando herramientas para el conocimiento con amor y paciencia hacia sus alumnos.
Entre los representantes de la parroquia Boquerón estuvieron presentes: Iris Gutiérrez, supervisora intercircuital Boquerón-Jusepín; María Zapata del circ. Belén Sanjuan; Liliana Véliz, por el circuito José Tadeo Monagas; Yuli Barrios, del RTA, Nelly Galán, coordinadora de la red de niños y niñas con condiciones especiales de la Zona Educativa, entre otros, quienes otorgaron reconocimientos a los homenajeados: Carmen Díaz, circuito Indio Guaicaipuro; por Belén Sanjuan, Claritza Moreno; Estermina Gallardo del circuito Arnoldo Gabaldon; de Guayabal Maricelis Bermúdez; circ José Leonardo Chirinos, prof. María Duque; por el circuito José Natividad Bruzual, Liceo Manuel Antonio Carreño, Prof. William Martínez; circuito Luis Bigott María Rondón; división sectorial, prof. Luisa Jiménez. Liceo Luis Beltrán Prieto Figueroa también recibió su respectivo reconocimiento.
Gutiérrez destacó que «el día del docente no es solo este día, sino cada día porque siempre estamos formando a nuestros alumnos».
Por su parte, Galán destacó, «nosotros somos grandes, somos protagonistas, somos héroes, nos reconocen en la calle, eso nos enorgullece, porque tenemos buenas referencias, hicimos algo bueno. Felicitaciones para todos».
Como oradora de orden estuvo la profesora Claritza Maribel Moreno, quien mencionó que «hay labores que se pueden realizar y facilitar a través de la robótica pero nunca se podrá reemplazar al maestro porque educa de manera espiritual y deja huellas imborrables en sus estudiantes. Hemos servido como médicos, psicólogos, recreadores, sin contar que estamos siempre para cumplir nuestra labor como ocurrió en medio de la pandemia», destacó.
De igual manera, las diferentes iglesias de la Diócesis de Maturín, incluyeron en sus oraciones a los educadores, como en la iglesia Santo Domingo de Guzmán de la parroquia Las Cocuizas, donde el padre Manuel Sifontes resaltó las cualidades del docente, sobre todo en tiempos difíciles que les ha tocado vivir, en medio de la pobreza, la pandemia y otras dificultades que deben atravesar para llegar a diferentes pueblos a impartir clases, pero seguros de ser reconocidos por Dios y los que vienen detrás. «Muchos desean seguir las huellas del maestro como lo hicieron los discípulos de Jesús».
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