Para el poeta y ensayista venezolano, Rafael Cadenas, es difícil recomendar a las nuevas generaciones interesadas en la literatura alguno de sus libros o poemas, dentro de los más de 20 obras escritas en casi 80 años.
Fue este jueves 10 de noviembre, cuando a través de una llamada telefónica, el lírico recibió con sorpresa la noticia: se convirtió en el primer venezolano en obtener el galardón Cervantes 2022, el máximo reconocimiento de las letras en español y dotado con 125.000 euros (144.800 dólares).
«Nunca me imaginé eso, ni siquiera en los años 60 cuando había publicado dos libros que habían tenido aceptación en Venezuela, no pensaba en premios pero se iban dando y la Asociación de Escritores me dio un premio sobre San Juan de la Cruz, luego el Premio Nacional en el periodo del presidente Jaime Lusinchi (…) Siempre he estado vinculado a España, donde viajé mucho con mi esposa (…) Desde muy joven he leído a poetas españoles, de manera que eso podría justificar el generoso premio que lleva el nombre de Miguel de Cervantes», manifestó en entrevista con Marypili Hernández, en Sin Duda, por Unión Radio.
Cadenas manifiesta alegría por tantas llamadas y mensajes de felicitaciones por el logro alcanzado, el cual asegura es un punto de unión para los venezolanos, en especial para los larenses; de donde es oriundo.
«No opino sobre lo que escribo, ni tampoco lo leo, solo cuando me ha tocado leer en público, prefiero leer a otros autores que me gusten», revela.
En mayo de 2018, Cadenas fue galardonado con el XXVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el reconocimiento más importante de este género, que concede Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca.
Cadenas, de 92 años, es uno de los escritores más importantes de Hispanoamérica, autor del icónico poema «Derrota», que se popularizó en España y América Latina y trascendió como la marca poética de la generación de los sesenta.
«Derrota» y los poemas imprescindibles de Rafael Cadenas
El poeta venezolano Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930) ha ganado el Premio Cervantes por «llevar la poesía hasta alturas de excelencia en nuestra lengua».
El jurado ha añadido que Cadenas: «Hace destilar de las palabras su esencia deslumbrante, colocándolas en el territorio dual del sueño y la vigilia, y haciendo que sus poemas sean una honda expresión de la existencia misma y del universo, poniéndolas también en una dimensión que es a la vez mística y terrenal”.
Y es que la poesía de Cadenas es capaz de crear un universo mágico, pero que, a la vez, está anclado a nuestra realidad, ya que nos invita a reflexionar sobre las cosas más relevantes de la vida a través de la lírica. Eso ha hecho que, a veces, su poesía sea comparada con el pensamiento filosófico.
Tampoco podemos olvidar que, desde temprana edad, combinó esa pasión por la literatura con la militancia política en el Partido Comunista de Venezuela. Razón por la que sufrió cárcel y exilio durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Esa militancia también le ha llevado a comparar el gobierno de Maduro con «una dictadura fascista»
Sus libros de poesía y prosa están recogidos en Obra entera, publicación del Fondo de Cultura Económica y de la Editorial Pre-Textos. Vamos a recordaros algunos de sus mejores versos
‘Derrota’ (1963), su poema más famoso
Escrito en 1963, Derrota es su poema más famoso y está considerado un referente de la poesía universal. En él, el autor expresa el desamparo de un joven idealista ante una realidad que pasó por encima a todos los de su generación. Unos versos tan bellos como desgarradores que son el testimonio de una generación marcada por la imposibilidad de cambiarlas cosas, por su fracaso en construir ese mundo mejor al que aspiraban. El mejor retrato de esos jóvenes que sentían que el fracaso de la revolución en su país era su propio fracaso. Aquí podéis leer un fragmento:
Yo que no he tenido nunca un oficio
que ante todo competidor me he sentido débil
que perdí los mejores títulos para la vida
que apenas llego a un sitio ya quiero irme (creyendo que mudarme es una solución)
que he sido negado anticipadamente y escarnecido por los más aptos
que me arrimo a las paredes para no caer del todo
que soy objeto de risa para mí mismo
que creí que mi padre era eterno
que he sido humillado por profesores de literatura
que un día pregunté en qué podía ayudar y la respuesta fue una risotada
que no podré nunca formar un hogar, ni ser brillante, ni triunfar en la vida
que he sido abandonado por muchas personas porque casi no hablo
que tengo vergüenza por actos que no he cometido
….
mi extravío una frescura nueva, y obstinadamente
me suicido al alcance de la mano
me levantaré del suelo más ridículo todavía para seguir burlándome de los otros
y de mí hasta el día del juicio final.
‘Fracaso’, del libro ‘Falsas maniobras’
«Me has hecho humilde, silencioso y rebelde»; así se refiere Rafael Cardenas al sentimiento de Fracaso por no poder cambiar las cosas, en otro de sus poemas más famosos, incluido en el libro Falsas maniobras (1966). Aquí tenéis un fragmento:
Tú no existes.
Has sido inventado por la delirante soberbia.
¡Cuánto te debo!
Me levantaste a un nuevo rango limpiándome con una esponja áspera, lanzándome a mi verdadero campo de batalla, cediéndome las armas que el triunfo abandona.
Me has conducido de la mano a la única agua que me refleja.
Por ti yo no conozco la angustia de representar un papel, mantenerme a la fuerza en un escalón, trepar con esfuerzos propios, reñir las jerarquías, inflarme hasta reventar.
Me has hecho humilde, silencioso y rebelde.
Yo no te canto por lo que eres, sino por lo que no me has dejado ser. Por no darme otra vida. Por haberme ceñido.
Me has brindado solo desnudez.
‘Los cuadernos del destierro’ (1960)
Los cuadernos del destierro es el primer libro publicado por Rafael cadenas, dentro del grupo literario Tabla Redonda, en 1960. Está considerado un texto fundamental en la renovación poética iniciada en la década de 1960. Lo escribió durante los tres años de su exilio, por razones políticas, en la isla de Trinidad. El libro está compuesto de un único poema en prosa, presentado en treinta y un fragmentos, que relatan un viaje interior del poeta desde un pasado feliz hasta un presente decepcionante. Os dejamos un fragmento:
Pero el tiempo me había empobrecido.
Mi único caudal eran los botines arrancados al miedo.
De tanto dormir con la muerte sentía mi eternidad. De noche deliraba en las rodillas de la belleza. Presa de tenaces anillos,
a pesar de mi parsimonioso continente de animal invicto me guardaba de la transitoriedad incita a mis actos.
Magnificencia de la ignorancia. Brujos solemnes habían auscultado mi cuerpo sin poder arribar a un dictamen. Solo yo conocía
mi mal. Era -caso no infrecuente en los anales de los falsos desarrollos- la duda.
Yo nunca supe si fui escogido para trasladar revelaciones.
Nunca estuve seguro de mi cuerpo.
Nunca pude precisar si tenía una historia.
Yo ignoraba todo lo concerniente a mí ya mis ancestros.
Nunca creí que mis ojos, orejas, boca, nariz, piel, movimientos, gustos, dilecciones, aversiones me pertenecían enteramente.
Yo apenas sospechaba que había tierra, luz, agua, aire, que vivía y que estaba obligado a llevar mi cuerpo de un lado a otro, alimentándolo, limpiándolo, cuidándolo para que luciera presentable en el animado concierto de la honorabilidad ciudadana.
Mi mal era irrescatable.
Me sentía solo. Necesitaba a mi lado una mujer silenciosa, paciente y dúctil que me rodease con una voz.
‘Las paces’
Las paces (Poemas selectos, 2004) es otro de sus poemas más conocidos en el que reflexiona sobre la relación del creador con su propia obra.
Lleguemos a un acuerdo, poema.
Ya no te forzaré a decir lo que no quieres
ni tú te resistirás tanto a lo que deseo.
Hemos forcejeado mucho.
¿Para qué este empeño en hacerte a mi imagen
Cuando sabes cosas que no sospecho?
Líbrate ya de mí.
Huye sin mirar atrás.
Sálvate antes de que sea tarde.
Pues siempre me rebasas,
sabes decir lo que te impulsa
y yo no,
porque eres más que tú mismo
y yo solo soy el que trata de reconocerse en ti.
Tengo la extensión de mi deseo
y tú no tienes ninguno,
sólo avanzas hacia donde te diriges
sin mirar la mano que mueves
y te cree suyo cuando te siente brotar de ella
como una sustancia
que se erige.
Imponle tu curso al que escribe, él
sólo sabe ocultarse,
cubrir la novedad,
empobrecerse.
Lo que muestra es una reiteración
cansada.
Poema,
apártame de ti.
‘Ars poética’
Y nos despedimos con otro bello poema de Rafael Cadenas que pertenece a Intemperie (1977), en el que defiende que la poesía debe ser comprometida con su tiempo.
Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.
No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni añadir brillos a lo que es.
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir verdad.
Somos reales.
Quiero exactitudes aterradoras.
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.
Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame la impostura, restriégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio.
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.
Lea también:
Hay que caminar mucho este año para poder comprar los regalos del Niño Jesús