En el sector Mercado Viejo de Maturín, ciudadanos viven angustiados ante el colapso vial y peatonal, debido al gran número de comerciantes informales que mantienen congestionada la zona.
De todo se puede conseguir en el lugar: desde vendedores de verduras, café, granos, queso, pollo y carne. El elemento coincidente es que los informales no tienen un espacio acondicionado para brindar sus servicios y ocupan buena parte de la calle y las aceras.
Durante la pandemia, el porcentaje de buhoneros tuvo un marcado descenso, al menos del 15% en Maturín, pero una vez que la situación comenzó a normalizarse, ha sido evidente el retorno de los informales a espacios públicos que no son apropiados para su trabajo, porque no cuentan con las condiciones mínimas e incluso se están apoderando de la calle donde deben transitar los vehículos y el transporte público.
Luis Martínez, habitante de la calle Carvajal, explicó que cada vez se le hace más difícil poder transitar por las aceras de esta zona, porque se encuentra repleta de estos comerciantes que ocupan todo el espacio, motivo por el cual tiene que hacer malabares para movilizarse.
«Por tal razón debo caminar por la calle, expuesto a ser atropellado por un automóvil, igualmente es imposible pasar porque el colapso es total», comentó Martínez.
Luisa Herrera, comerciante informal, aseveró que trabaja en la zona por cuanto es madre soltera y no cuenta con los recursos necesarios para poder arrendar un local, que en la actualidad resulta muy costoso.
«Deberíamos ser tomados en cuenta para ser reubicados a un espacio, donde contemos con las condiciones aptas para no seguir obstruyendo la vía y garantizar el bienestar para la colectividad», indicó Herrera.
Colapso vial evidente en el Mercado Viejo
La gran cantidad de emprendedores mantienen abarrotadas las principales calles del casco central de Maturín.
Lo peor es que muchos se ubican justo frente a comercios establecidos que pagan impuestos e impiden con sus tarantines visualizar las vitrinas de dichos locales, provocando una justa molestia a los comerciantes formales que encima tienen obstruidas las entradas de sus negocios debido a los buhoneros.
Es de destacar que al menos el 85% de los ciudadanos que hacen vida en este espacio de la entidad son vendedores de comida rápida como venta de tequeños, empanadas, cachapas, perrocalientes y mucho más.
Lo cierto es que de manera urgente hace falta reorganizar los espacios para que los vendedores informales puedan desarrollar su actividad sin interrumpir el libre tránsito vial y peatonal, así como desalojar las aceras que deben ser utilizadas por los peatones y así permitirle una mejor calidad de vida a los maturineses.
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