Al ritmo del arpa, cuatro y maracas, el “zapateao” del joropo estremecerá el escenario de la Casa de la Cultura «Inícita Aceituno», de Maturín, para celebrar este martes 15 de marzo el Día del Joropo Venezolano, declarado hace ocho años (2014) como Patrimonio Cultural de la Nación, en la categoría de bien de interés cultural.
La Casa de la Cultura, ubicada en el paseo Bolívar de Maturín, abrirá sus puertas a partir de las 2 de la tarde, para que el público de todas las edades disfrute de un espectáculo completamente gratuito, protagonizado por los artistas y agrupaciones de la ciudad, que aceptaron la invitación del Gobierno de Monagas, a través del Instituto de la Cultura (Icum) y del Instituto Municipal de la Cultura de Maturín (Imculmat), para que suene con fuerza el joropo venezolano, principal expresión musical y dancística que representa las raíces venezolanas.
El gobernador Ernesto Luna y la alcaldesa de Maturín, Ana Fuentes, hacen extensiva la invitación a todos y todas para que asistan a la gala del joropo, un espectáculo que representa un regalo musical y la puesta en escena de los mejores bailarines de la ciudad.
El evento forma parte del Plan Operativo Cultural 2022, que ejecutan en perfecta sinergia el Icum e Imculmat con la idea de fortalecer y promover las manifestaciones y tradiciones del país.
Ambas instituciones del Gobierno Bolivariano, a través de la Escuela del Folclor, llevan a las comunidades la enseñanza y el contexto histórico de una de las principales tradiciones con raíces ancestrales.
Historia del joropo
De acuerdo a los escritos de reconocidos investigadores, el joropo es una manifestación popular que data de los años 1700, cuando el hombre del campo venezolano prefirió utilizar el término de «joropo» en vez de «fandango» para identificar fiestas y reuniones sociales.
El joropo es el auténtico baile tradicional de Venezuela que utiliza el cuatro, arpa y maracas. Su forma de danzar varía de acuerdo a la región, admitiendo una serie de pasos en los cuales los danzantes ejecutan sus figuras abrazados, tomados de las puntas de los dedos de ambas manos o de una sola, o sueltos.
El “valseao”, el “escobillao” y el “zapateao” son las principales figuras que lo identifican; variantes que surgieron producto de las vivencias de los campesinos y campesinas y el proceso de mestizaje, que de acuerdo a la zona geográfica del país le imprimen un sello en particular, convirtiendo al joropo en un sentimiento nacional, dentro y fuera de las fronteras de Venezuela.
El joropo se caracteriza por ser tan mestizado como los venezolanos, así lo expresa en su rítmica y melodía.
Por ejemplo, en el acompañamiento del arpa y cuatro hay una carga de la presencia europea, sellada por la versión literaria de la mayoría de sus letras. En los versos independientes se marca la presencia del negro y en la estampa de las maracas se identifica la huella indígena.
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