La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció que Volnovaja fue destruido en su totalidad por bombardeos y que todavía quedan algunos residentes escondidos en sótanos ante el temor de nuevos ataques.
«Las operaciones militares se intensifican conforme aquí hablamos, con bombardeos sobre o cerca de grandes ciudades», dijo Bachelet, para luego enumerar varias urbes ucranianas, como Kiev, Járkov, Mariúpol o Jersón, una ciudad del sur del país que ha sido la primera en caer en manos de las fuerzas rusas.
Bachelet se presentó en el Consejo de Derechos Humanos, donde ofreció la información más reciente recogida por su oficina sobre el impacto del conflicto, en el marco de un debate urgente dedicado a la guerra en Ucrania y que fue solicitado por el Gobierno de Kiev.
En su intervención, Bachelet dijo que Rusia «ha abierto un nuevo y peligroso capítulo en la historia mundial» al atacar el país vecino, donde se está observando «un impacto masivo en los derechos humanos de millones de personas».
«La mayoría de las víctimas han sido causadas por artillería pesada, sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes y bombardeos aéreos en áreas habitadas, y tenemos informaciones inquietantes sobre el uso de municiones de racimo (prohibidas por una convención internacional, de la que Rusia no forma parte) dirigidas contra blancos civiles», denunció.
Por otro lado, Bachelet dijo que en solo siete días más de dos millones de ucranianos han tenido que abandonar sus casas.

La mitad de ellos se han desplazado internamente y 1,04 millones han salido del país y buscado refugio en los países vecinos, según los registros de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
«El ACNUR ha estimado que hasta cuatro millones de personas podrían abandonar el país en las próximas semanas si el conflicto continúa», señaló.
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