Como siempre comenzamos el año, con ilusiones y esperanzas que este entrante, sea mejor al año anterior.
El año 2021 fue de continuación de la pandemia del Covid-19; pero gracias a los 9 trillones de dosis administradas de vacunas, hoy en día y en escala mundial, sólo se han reportado 300 millones de casos de contagio y casi 5,5 millones de muertes.
Económicamente en 2021, en Venezuela se ha vivido un pequeño respiro, dentro de muchas penurias y dificultades que aún persisten en servicios básicos para la población. Esto ha sido el resultado de liberar las amarras tradicionales del Gobierno en la economía, tales como el control de cambios, precios, salarios, aranceles de importación. El Gobierno parece ya haber llegado a la conclusión de los efectos perniciosos de esos controles. Reconocer la cruda realidad de que esos controles y las nacionalizaciones de activos productivos, en nombre del pueblo, son temporalmente populares, pero que a la larga son cargas costosas, improductivas e inflacionarias y sin beneficios para la población. Por convicción o por necesidad, han girado 180 grados, reconociendo que, si continúan haciendo las mismas cosas, obtendrán los mismos resultados.
La libertad de cambio y precios, han producido un aumento en la oferta de bienes y servicios con resultados positivos. Así mismo, la entrega, asignación o negociación de plantas de alimentos a privados, comienzan a mejorar la producción y transfieren costos a los nuevos operadores. Hay que resaltar el aumento de la producción petrolera apuntando a un nivel de 1.000.000 de barriles por día, así como el desarrollo de una curva de aprendizaje a sortear, adaptarse a evitar y encontrar soluciones frente a las sanciones.
El sector privado ha aumentado los salarios, y el sector público, por el volumen de empleados, se encuentra bajo una camisa de fuerza, pero que va gradualmente disminuyendo su nómina al transferirlo a nuevos operadores y al estar abiertos a considerar vender, arrendar y operar por terceros las empresas nacionalizadas. También ha disminuido la inseguridad.
El país espera con mucho interés que se proceda a la reversión de acciones administrativas y modificación de leyes, que fueron sancionadas en épocas pasadas de ingentes recursos producto de aumentos inusitados de producción petrolera y precios superiores a $100 el barril.
Estoy convencido que este 2022, será de importantes modificaciones, que continuarán reduciendo la presencia del Estado en la economía y con ello la modificación de paradigmas que en el pasado solo se han traducido en pobreza.
*Ex Presidente Fedecamaras
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