Millones de personas salieron este domingo a votar con normalidad en Perú para decidir el desenlace de las elecciones presidenciales más polarizadas de su historia reciente, que se disputan el izquierdista Pedro Castillo y la derechista Keiko Fujimori.
Después de dos meses de una tensa y fratricida campaña electoral que ha dividido en dos al país, la población acudió masivamente a las urnas con serenidad pero con la incertidumbre ante la máxima igualdad existente entre ambos candidatos.
Para los peruanos estas no son unas elecciones más, pues además de elegir al gobernante que asumirá las riendas del país en el bicentenario de su independencia, estos comicios se han vuelto una suerte de plebiscito sobre su modelo económico.
En Perú los candidatos asistieron al tradicional desayuno
Como ya es habitual, la decisiva jornada comenzó con el tradicional desayuno electoral de cada candidato junto a sus respectivas familias, transmitido por todos los medios nacionales.
Castillo tomó un típico desayuno de su región de Cajamarca, en el norte de los Andes peruanos, con un caldo verde acompañado de panes y quesos locales en el patio de su casa, del humilde caserío de Chugur.
Fujimori desayunó a la afueras de Lima en un asentamiento humano, una de las zonas más pobres de la capital.
Antes de acudir a votar, los dos aspirantes anticiparon que respetarán los resultados electorales por ajustados que estos sean.
Sin despojarse de su ya distintivo sombrero «chotano», hecho de paja y ala ancha, y utilizado tradicionalmente por los campesinos de Cajamarca, el maestro rural y líder sindicalista del magisterio hizo un llamado a la calma y la cordura.
Por su parte, la hija y heredera política del expresidente Fujimori, al que ha prometido indultar de la condena de 25 años de prisión que cumple por delitos de lesa humanidad, pidió a los peruanos votar «sin miedo, en busca de la paz para defender la democracia y defender el destino que queremos».
Lea también:
Keiko Fujimori asegura que respetará los resultados en Perú