El pasado viernes fue beatificado el Dr. José Gregorio Hernández. Nativo de Isnotú, médico egresado de la UCV, especializado en Francia y Alemania, profesor universitario, investigador y autor de numerosos trabajos científicos, cofundador de la Académica de Medicina, escritor y poeta, marcado por una profunda fe y devoción religiosa, distinguido en vida por su entrega al servicio de los más pobres y después de su lamentable fallecimiento por la devoción que millones de venezolanos sentimos por él.
Fui de los pocos afortunados que nos congregamos en el Colegio La Salle de Caracas para participar en la sobria ceremonia presidida por el Nuncio Apostólicomientras millones la seguían por distintos medios de comunicación y oí con mucha atención las palabras primero del Cardenal Baltazar Porras y después de Aldo Giordano. Horas antes me había impresionado positivamente el mensaje del Papa Francisco: “Pido que entre todos recuperemos esta Venezuela en la que todos sepan que caben, en la que todos pueden encontrar un futuro. Y pido al Señor que ninguna intervención de afuera les impida caminar este camino de unidad nacional” dijo a la vez que refiriéndose al nuevo Beato señalóque era “ejemplo de creyente discípulo de Cristo, que hizo del evangelio el criterio de su vida, busco su vocación, observó los mandamientos, participó cotidianamente en la Eucaristía, dedicó tiempo a la oración y creyó en la vida eterna” para agregar “fue un hombre amantede la sabiduría, de la investigación, de la ciencia al servicio de la salud y la docencia”.
Llega la beatificación, después de años de espera, y tras la confirmación de la recuperación milagrosa de Yuxury Solorzano, a quien pude saludar ese día y desear lo mejor,en tiempos muy difíciles para todos. A la pandemia que se abate contra el mundo, también entre nosotros, se suma la recurrente crisis económica y social que nos ha sumergido en un sinfín de dificultades.
Porras mencionó que se celebraba “la fiesta del santo del pueblo, el médico de los pobres, pero la fiesta no es sólo de los católicos ni de los venezolanos sino de todas las personas” y Giordano al destacar que todos nos regocijamos en este día indicóque “Venezuela es y será siempre Tierra de Gracia, aunque las circunstancias puedan parecer o sugerir lo contrario”.
El Papa y nuestro Cardenal -junto a Monseñor Urosa- enfatizaron en el “todos” que no dudo y lo he afirmado una y otra vez es la única formula para hacer realidad la Venezuela Tierra de Gracia que proclamó el Nuncio, expresión original de Cristóbal Colon en carta a los Reyes de España en la cual describe como el paraíso terrenal a los parajes de la desembocadura del Orinoco descubiertos en su tercer viaje. Todos y juntos haremos posible reconstruir a Venezuela y que leguemos a nuestros hijos un país distinto, pero para que ello sea así los muchos que nos proclamamos creyentes debemos dejar atrás tanto odio y reencontrarnos prontamente.
En la primera lectura, el arcángel médico Rafael exhortó a su hijo Tobías y a su esposa Sara a que hicieran el bien: de eso se trata para asegurar un mejor mañana: que todos hagamos el bien. Ruego a Dios y a José Gregorio Hernández que nos inspiren para tal.
Lea también: