Esta semana los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados se reunirán para ajustar los recortes de producción, en un contexto de recuperación de los precios.
El éxito de la segunda cumbre ministerial del año de la llamada OPEP+, prevista el jueves, dependerá de la coordinación de los dos pesos pesados del grupo de 23 países, Rusia y Arabia Saudita, segundo y tercer productor mundial, respectivamente, por detrás de Estados Unidos.
“Las prioridades son bien conocidas: Rusia quiere volver a la producción normal lo antes posible, mientras que Arabia Saudita quiere beneficiarse un poco más de los precios altos”, explica Bjarne Schieldrop, analista de Seb.
Esta discrepancia había estado oculta en gran medida desde hace casi un año porque los precios eran muy bajos, una situación que llevó al grupo a poner en marcha una política común de limitación de la producción que ha resultado eficaz.
Pero la vuelta de los precios a un nivel comparable al del periodo anterior a la pandemia, es decir, alrededor a los 65 dólares el barril para los petróleos de referencia en Europa y Estados Unidos, puede reavivar las tensiones.
A principios de enero, en la primera cumbre de 2021, tras dos días de duras negociaciones, la alianza acordó ajustar gradualmente la producción hasta marzo, utilizando su principal poder: crear, si es necesario, una “escasez artificial”, como la llama Stephen Innes, de Axi, capaz de sostener los precios.
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