Este miércoles 14 de febrero se conoció el lamentable deceso de la actriz venezolana Nancy González, según informó el periodista Luis Olavarrieta a través de sus redes sociales.
“Me toca informar sobre el fallecimiento de la actriz venezolana Nancy González. Pido una oración por ella. Paz a su alma”, escribió Olavarrieta en X.
La criolla hizo vida durante muchos años en las pantallas de nuestro país, exactamente desde el año 1971 cuando inició su trabajo en los dramáticos. Debutó con la telenovela «Sacrificio de Mujer» en 1973 con un papel de doméstica; por VTV actuó en «Orgullo y Prejuicio» (1978) y en «ídolos Rotos» (1979), hizo de Mimina de Uzátegui en «La Sultana» (1980) y Julia en «El mundo de Bertha» (1979). Pasó a RCTV e hizo de Julia en «Luisana mía» (1981), en 1982 coprotagonizó el teleteatro «El fantasma de la otra» con Miguel Ángel Landa.
En cuanto a los largometrajes, participó en «Mestizo» para 1988 donde fue la mujer del juez; en 1986 en «Colt Comando», y en 1986 en «Noche de machos». Fue la Reina en «María María» (1990) de Marte TV transmitida por Venevisión, en 1991-92 actuó en «La mujer prohibida»; en «Bellísima» (1992).
Tras abandonar la actuación, perdió muchos de sus bienes y le tocó vivir en un carro junto a su hijo y sus mascotas: “Paso mucho tiempo sentada, por supuesto. Y tenemos los problemas que puede tener cualquiera en su casa: ahorita tengo goteras en mi techo con esta temporada de lluvia, se me mete el agua por las gomas de los vidrios. Para bañarme voy a la casa de un amigo que es actor. Duermo sentadita y cada uno tiene su “dependencia”: en el asiento del piloto está mi hijo, en el copiloto estoy yo, en el asiento de atrás mi perro grande de 40 kilos y en la “buhardilla” mi perrita más pequeña. También tengo un manual para hacer pipí sin tener que bajarme del carro”, dijo en 2012.
Luego de hacer eco y pedir tantas ayudas para poder salir de esa mala situación en la que estuvo viviendo por cuatro años, González recibió un apartamento en el Fuerte Tiuna gracias a la Vicepresidencia la República y la gestión de la Fundación Casa del Artista, quienes se ocuparon de ella en varios aspectos. Asimismo, las autoridades venezolanas se encargaron de reparar su vehículo al cual se le había fundido el motor.
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