La importancia de un médico y de un personal capacitado para resolver una contingencia se puso de manifiesto durante el vuelo de la aerolínea Plus Ultra que partió este viernes 9 de diciembre en horas de la noche desde Caracas con destino a Madrid, España.
Justamente, uno de los pasajeros fue el destacado médico monaguense, Simón Loaiza quien tomó el vuelo para disfrutar unas vacaciones familiares en Madrid.
Loaiza relató lo sucedido y comentó «Me fui de vacaciones familiares a Madrid y a medio vuelo, de repente, sonó por los parlantes: ¿Hay algún médico a bordo?. Resulta que de los 180 pasajeros yo era el único galeno».
Al levantarse de su asiento y acudir a ver a la paciente, se trataba de una mujer de 81 años que estaba inconsciente, desmayada en medio del pasillo. Al ver la situación, el doctor Loaiza pidió a la tripulación un tensiómetro y un glucómetro.
Se pudo conocer que a la paciente le dolía mucho la cabeza, se paró para ir al baño y se desplomó. Allí los demás pasajeros la auxiliaron y llamaron a la aeromoza que sin dudar y al ver el estado de la señora pidió un médico.
«La paciente presentó un cuadro de hipotensión», expresó Loaiza. «Con la tripulación, improvisé una camilla con las mantas de los pasajeros y la llevé al final del avión en el área de servicio o cocina. Le tomé la vía, le puse solución y estabilicé a la paciente. También me ayudó un pasajero que resultó ser médico veterinario, el señor Mario Citti, también de Maturín».
Loaiza refirió que dentro de la tripulación del vuelo de Plus Ultra, aerolínea española, destacó una de sus integrantes quien le asistió hasta el final. Se trata de la también enfermera Jennifer Torres, hemodinamista caraqueña.
«El vuelo estaba retrasado. Salía a las 6:00 p.m. y se rompió la rodilla del remolque. Salimos a las 8:00 p.m. el incidente pasó faltando 3 horas para llegar, creo que fueron las tres horas más largas de vuelo. La señora era hipertensa y con cardiopatía. Viajaba sola a ver a su hijo que tenía años sin contactarlo y estaba desde las 7:00 a.m. en el aeropuerto de Maiquetía. 0Ella es sobreviviente de cáncer, un linfoma, e hizo en medio del vuelo, un síncope. Si no la estabilizaba teníamos que parar en Canarias, pero le logramos normalizar la tensión y la anticoagulé con aspirina. Le monté un DEA, que es el desfibrilador y que tenía todo armado para un posible paro cardíaco, siempre con la ayuda del médico veterinario y la enfermera caraqueña.
Milagro en las alturas gracias a profesionales de Monagas
Cuando la paciente retomó el conocimiento dijo que se llamaba Beatriz Pulgar de Noriega, también de Maturín.
«Lo cierto es que aterrizamos en el piso del avión con una bombona de oxígeno en las piernas y la paciente en el piso, a un costado. Al final del día, solo hice con mucho orgullo mi trabajo».
Son cosas insólitas que le pueden ocurrir a un profesional, y que gracias a Dios, la señora Beatriz podrá abrazar y compartir nuevamente con su hijo en España por la acción heroica y oportuna del doctor Simón Loaiza, el único médico que para su fortuna, viajaba en el mismo vuelo y todo se pudo resolver con un final feliz.
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