Ucrania inició este martes su nueva temporada de fútbol a pesar al conflicto armado con rusa, que prosigue sobre el país y entra este miércoles en su séptimo mes.
En el primer partido de la primera división, el Shakhtar Donetsk no pasó el empate 0-0 ante el Metalist Kharkiv en un choque disputado a puerta cerrada en el estadio Olímpico de Kiev.
Antes del pitido inicial, los jugadores de los dos equipos y los árbitros entraron al terreno de juego portando banderas ucranianas y desplegaron una pancarta con las palabras: «Tenemos la misma valentía».
Los jugadores del Shakhtar, cuya ciudad de origen Donetsk está bajo control de los separatistas prorrusos desde 2014, lucían camisetas con el lema: «Ucrania ganará».
Los de Járkov, la segunda ciudad del país, añadieron en su elástica el emblema de las fuerzas armadas ucranianas en lugar del tradicional logo del patrocinador.
Después de un minuto de silencio, en memoria de los muertos, un soldado ucraniano dio simbólicamente un pitido inicial ficticio.
Este conflicto ha tenido un efecto devastador sobre los clubes ucranianos, especialmente entre los más modestos, con escasos fondos en su tesorería.
Dos equipos de primera división, el FC Mariúpol y el Desna Tcherniguiv, fueron autorizados a no participar esta temporada, pero conservando su plaza para la siguiente.
El puerto de Mariúpol sobre el Mar Negro fue conquistado en mayo por las fuerzas rusas, y el estadio de Desna en Chernígov sufrió el impacto de un misil.
La decisión de comenzar la nueva temporada de fútbol parece tener su origen en el presidente Volodímir Zelenski, con la intención de levantar la moral de la población.
Aunque los partidos se disputan a puerta cerrada por motivos de seguridad, a nivel de calle varias personas expresaron su apoyo a los clubes ucranianos.
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