Una de las plantas y hierbas que ayudan a evitar la hipertensión es la lavanda y las hojas de mango.
Esta afección es una de las enfermedades con más riesgo de sufrir un problema cardiovascular. Se dice que, anualmente más de un millón de muertes se derivan de las enfermedades cardiovasculares. Este problema es más común en adultos mayores y se da cuando la fuerza que ejerce la sangre contra la pared de las arterias es muy alta.
En algunas personas es posible detectar la hipertensión como una especie de síntoma de: Enfermedades renales, problemas con la tiroides, defectos congénitos de nacimiento en los vasos sanguíneos, el uso de drogas ilícitas.
Este problema puede ser evitado con ciertos hábitos saludables, entre los que se destacan la disminución del consumo de sal, una dieta rica en frutas y verduras, el ejercicio físico y el mantenimiento de un peso corporal saludable.
De igual modo, es recomendable complementar los cuidados mencionados con hierbas y plantas que se pueden infusionar para promover una salud óptima y alejarse de la hipertensión.
Conoce las hierbas y plantas que evitan la hipertensión
Lavanda
Realizar una infusión con esta hierba es recomendada para aquellas personas que sufren de hipertensión o problemas de digestión. Estos beneficios se dan gracias a sus propiedades antioxidantes, los cuales, combaten los radicales libres del cuerpo.
Olivo
Un té con hojas de olivo permite regular la presión arterial, gracias a que causa distensión en los vasos sanguíneos. En efecto, esta planta se puede emplear en casos de hipertensión, arritmias y otros problemas circulatorios.
Hojas de mango
Realizar una infusión con las hojas de mango son perfectas para las infecciones urinarias gracias a que son ricas en ácido gálico, lo que también puede ayudar a bajar la tensión en las arterias.
Cabe resaltar que, ninguna de las plantas y hierbas mencionadas anteriormente reemplaza el tratamiento médico.
Por otro lado, la sintomatología más frecuente asociada a esta afección incluye dolores de cabeza en las mañanas, hemorragias nasales, irregularidad en el ritmo cardíaco y alteraciones de la visión. Además, en casos más graves, puede generar náuseas, vómito, cansancio, confusión, dolor en el tórax, ansiedad y temblores musculares.
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Excelente información.Muchas gracias.Bendecido día