Este jueves, 21 de abril, el ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, anunció que sus tropas tomaron el control de la ciudad portuaria de Mariúpol, ubicada al sur de Ucrania.
“Las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa y las milicias de la república popular de Donetsk han liberado Mariúpol, lo restos de las formaciones nacionalistas se refugiaron en zona industrial de la planta Azovstal”, expresó durante una reunión televisada con el Presidente ruso, Vladímir Putin.
En este sentido, el funcionario afirmó que al momento de sitiar la urbe “la agrupación de las Fuerzas Armadas de Ucrania, los destacamentos nacionalistas y los mercenarios sumaban más de 8 mil 100 hombres” y, durante la “liberación” de la metrópolis, “4 mil fueron aniquilados, mil 478 se entregaron prisioneros” y aproximadamente otros 2 mil continúan pertrechados en la planta Azovstal.
Al respecto de esto, el mantario ruso canceló el asalto a la zona industrial donde resisten los combatientes locales, considerándolo “inapropiado”, puesto que se debe “pensar en conservar la vida y la salud” de los soldados y oficiales rusos.
“No hay necesidad de meterse a estas catacumbas y arrastrarse en el subterráneo por esas instalaciones industriales (…) Debemos cerrar esta zona industrial para que no pase ni una mosca ni hacia dentro ni hacia fuera”, aseveró.
Asimismo, Putin calificó como un “éxito” la conclusión de las “labores de combate para la liberación de Mariúpol” y felicitó a sus tropas que, tras 57 días de enfrentamientos en suelo ucraniano, “alcanzaron un objetivo” de la “operación especial”.
Por otro lado, el alcalde legítimo de Mariúpol, Vadym Boychenko, divulgó que en las cercanías de Manhush, a unos 20 kilómetros de la ciudad, se halló una nueva fosa común de aproximadamente 30 metros de extensión, que fue cavada por los ocupantes rusos.
Esta información, fue ratificada por su asesor, Petro Andryushchenko, quien detalló que tras un arduo trabajo de búsqueda, se determinó la ubicación de las diversas fosas comunes en la carretera de circunvalación, en las que los efectivos rusos han arrojado y continúan arrojando cientos de cuerpos.
En vista de esto, tanto Boychenko como Andryushchenko alertaron que las acciones del enemigo “tienen signos de crímenes de guerra y de genocidio”, por lo que con estas fosas se busca “ocultarlos”.
En otras aristas del conflicto, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos anunció una nueva compilación de sanciones contra 40 individuos y empresas rusas, a fin de que la Administración rusa no pueda “esquivar” todas las medidas restrictivas anteriores.
Mediante un comunicado, el subsecretario de Terrorismo e Inteligencia Financiera del Tesoro, Brian Nelson, aseguró que este ente norteamericano “puede e irá contra aquellos que evaden, intentan evadir o ayudan a evadir las sanciones de EE.UU contra Rusia, porque están ayudando a apoyar la brutal guerra que (el Presidente ruso Vladímir) Putin ha elegido librar”.
Entre la lista de sancionados, figuran el oligarca ruso, Konstantín Maloféyev, así como banco comercial ruso Transcapitalbank, y la compañía de criptomonedas rusas Bitriver.
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