El ejército ruso extiende su ofensiva en Ucrania, donde bombardearon por primera vez la ciudad de Dnipró (centro) y dos aeródromos militares del oeste del país, mientras estrechan este viernes el cerco en torno a Kiev, la capital, en medio de denuncias sobre nuevos ataques contra civiles.
Dnipró, una ciudad industrial a orillas del río Dniéper, que separa el este del país -prorruso- del resto del territorio ucraniano, fue blanco de bombardeos que causaron al menos un muerto, según las autoridades locales.
«Ha habido tres ataques aéreos en la ciudad, impactando una guardería, un edificio de apartamentos y una fábrica de calzado de dos plantas donde se ha declarado un incendio. Una persona ha muerto», indicaron los servicios de emergencia en Dnipró.
Por su parte, el Ministerio ruso de Defensa indicó que «los aeródromos militares de Lutsk y de Ivano-Franovsk (oeste) quedaron fuera de servicio». Dos soldados ucranianos murieron y seis resultaron heridos en el bombardeo del aeropuerto militar de Lutsk, según estas fuentes.
La guerra ya ha empujado fuera de Ucrania a más de 2,5 millones de personas y a otros dos millones a huir a otros lugares del país, según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Este viernes, el presidente ruso, Vladimir Putin, respaldó la participación de combatientes «voluntarios» en el conflicto junto a los cerca de 150.000 militares desplegados sobre el terreno, en respuesta a los «mercenarios» enviados por los países occidentales.
La idea vino del ministerio de Defensa y, según el Kremlin, se trataría principalmente de ciudadanos de Oriente Medio, sobre todo sirios, que habrían expresado su deseo de ir al frente a luchar al lado de Rusia.
«Fortaleza» Kiev
Previamente, el ejército ucraniano alertó en un informe que «el enemigo está intentando eliminar las defensas de las fuerzas ucranianas» en numerosas localidades al oeste y el norte de Kiev con el objetivo de «bloquear la capital».
Esta fuente no excluyó «un movimiento del enemigo hacia el este en dirección a Brovary», a las puertas de Kiev.
El alcalde de la capital, el célebre exboxeador Vitali Klichkó, dijo que la mitad de la población se había marchado y que la ciudad, antes con casi 3 millones de habitantes, «se había transformado en una fortaleza».
«Cada calle, cada edificio, cada punto de control se ha fortificado», aseguró.
Desde el inicio de la ofensiva, el 24 de febrero, las fuerzas invasoras han rodeado al menos cuatro grandes ciudades ucranianas y han enviado vehículos armados al flanco noreste de Kiev, donde suburbios como Irpin o Busha llevan días bajo las bombas.
Los soldados ucranianos describieron intensos combates para controlar la principal autopista que lleva a la capital.
El Ministerio británico de Defensa indicó que esta estrategia de rodear ciudades «reducirá el número de fuerzas disponibles para avanzar y ralentizará el progreso ruso».
«Ataque brutal»
Los bombardeos nocturnos también alcanzaron las ciudades de Chernígov (norte), Sumy (noreste) y Járkov (este), fuertemente impactadas por la ofensiva rusa. Los ataques causaron daños en edificios de viviendas e infraestructuras de suministro de agua y electricidad.
Cerca de Oskil, en la región de Járkov, establecimiento para personas con discapacidad fue blanco de los bombardeos rusos, indicó este viernes un responsable local.
«Los rusos volvieron a llevar a cabo un ataque brutal contra civiles», lamentó en Telegram Oleh Sinegubov, indicando que no se registraron víctimas. En el centro había 330 personas en el momento del ataque, 73 de las cuales pudieron ser evacuadas.
Este ataque se produjo dos días después del bombardeo efectuado contra un hospital pediátrico de Mariúpol (sur), que provocó la muerte de tres personas, incluida una niña. En esa ciudad, a orillas del mar de Azov, la situación es descrita como «apocalíptica».
Según su alcalde, Vadim Boishenko, más de 1.200 residentes murieron en Mariúpol tras diez días de asedio.
El representante local del Comité Internacional de la Cruz Roja, Sasha Volkov, alertó que algunos residentes «han empezado a pelearse por la comida» y que muchos se quedaron sin agua potable.
Además, Naciones Unidas indicó que otros dos hospitales pediátricos fueron atacados y destruidos además del de Mariúpol. Según la encargada de derechos humanos del Parlamento ucraniano, Liudmyla Denisova, 71 niños han muerto en esta guerra y más de 100 resultaron heridos.
Aunque con desavenencias y reproches de incumplimientos, ambos bandos acordaron corredores humanitarios que permitieron la evacuación en los últimos dos días de unos 100.000 civiles de Sumy (noreste), Izium (este) y de la periferia de Kiev.
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