En el artículo anterior concluí que era necesario que la oposición venezolana, sus aliados internacionales y quienes aspiran a facilitar las negociaciones con el oficialismo leyeran bien las pistas que van dejando los supuestos avances en estas lides. Decía que se supone que el gobierno ha cedido al aceptar el cambio de rectores del CNE, la presencia de administradores internacionales en el manejo de los planes de vacunación (Covax) y de distribución de alimentos (ONU) y en darle casa por cárcel a los ex directivos de Citgo.
Sin embargo, si uno mide y pesa estas concesiones, el balance es escaso: es lógico que quien regale alimentos quiera participar en su distribución; idem con las vacunas. En lo único que pareciera haber algo sustancial es en la renovación del CNE. Además, para reafirmar este avance en lo electoral, el gobierno anuncia que no volverá a nombrar a los incostitucionales “Protectores” y que le devolverán la tarjeta (unitaria) a la MUD (la de la manito). No obstante, el mismo gobierno anuncia reiteradamente las leyes del Poder Popular y, con ellas, la creación de un Sistema Nacional de Ciudades Comunales (inconstitucional). Es decir, que los gobernadores y alcaldes, después de electos, serían vaciados de funciones y presupuestos para trasladarlos a los regidores de esas “ciudades”. En síntesis, el gobierno de NM no habría cedido en nada de fondo.
Por otra parte, brillan por su ausencia políticas obvias en materia de recuperación económica y calidad de vida, como la devolución de propiedades expropiadas, las privatizaciones anunciadas por la Ley Antibloqueo, bajar el encaje para recuperar el crédito, completar la aceptación del dólar como moneda paralela, entre otras cosas que nos beneficiarían a todos.
Entonces, ¿debemos interpretar que el gobierno de NM estaría comprando tiempo para sostener su rumbo mientras evade las sanciones y mantiene un discurso contra ellas para maquillar el fracaso de unas políticas económicas y antidemocráticas que no estaría dispuesto a cambiar porque, si las cambia, reparte poder político?
Ante este (des)balance, no es de extrañar el campanazo del 25 de junio pasado lanzado conjuntamente por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea. En él aparecen aspectos novedosos que anuncian cambios en la conducción internacional del caso venezolano:
1. No sólo manifiestan su alta preocupación por la crisis en Venezuela, sino también por… “su impacto a nivel regional y global”. Esto último preludia que crecerá la presión para que el gobierno de NM cambie sus políticas o cambie el gobierno.
2. Destaca que…”una solución pacífica a la crisis debe venir de negociaciones lideradas por venezolanos, con la participación de todos los actores afectados”: para incluir a otros sectores, tendría que definirse qué sectores incluir y el mecanismo de articulación de los partidos y entre éstos y todos los demás.
3. “Un proceso con fecha cierta debe restituir las instituciones del país y permitir… elecciones presidenciales y parlamentarias creibles e incluyentes.”: Estos gobiernos siguen desconociendo las elecciones presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020 y quieren una fecha cierta para realizarlas. Más abajo, el comunicado indica que “el proceso de elecciones comenzaría por las elecciones regionales y locales en noviembre de 2021: lo que significa que las presidenciales y parlamentarias no serían este año y que estarían llamando a votar; cosa que los partidos del G4 no han manifestado todavía.
4. Piden…”la liberación de todos los presos políticos, la independencia de los partidos, la libertad de expresión y el fin de los abusos contra los derechos humanos.”: coinciden con el contenido del informe sobre el caso Venezuela de la ex presidente Bachellet como Alta Comisionada de la ONU en Derechos Humanos.
5. “… estamos dispuestos a revisar las sanciones en función de un avance significativo en una negociación comprehensiva”: es decir, que en esa negociación nada está acordado hasta que todo no esté acordado. Más abajo, exceptúa la ayuda humanitaria en alimentos, medicinas y vacunas, la cual seguirá fluyendo;…” siempre y cuando los programas involucrados sean negociados por todos los actores políticos».
Venezuela está en la mira de Europa y Norte América; el proceso de cambio ya no es perentorio y de mentira, tipo Trump, sino progresivo y de verdad; se espera que negocien los venezolanos y todos los actores afectados; v.g., NM tiene que sentarse con JG; y que, para aliviar las sanciones, todo tiene que estar negociado. Estas condiciones ponen al gobierno a decidir si quiere desmontar las sanciones o seguir empobreciendo y aislando al país y ponen a la oposición en el corredero de articularse para poder ser un interlocutor válido.
@joseagilyepes
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