Muy a pesar de los que han cometido la irracionalidad consecuente de la violencia como camino al poder, en el más mezquino sentido del provecho personal o grupal, van avanzando de manera lenta pero segura las expresiones de personas, dentro y fuera del país, que entienden y asumen el daño que las sanciones económicas y las agresiones indiscriminadas contra los ciudadanos de Venezuela, causan a todos sin distinción, pero fundamentalmente a los más pobres de nuestra nación.
La salida del gobierno intervencionista de Donald Trump y sus halcones incapaces de razonar de manera diversa a la agresión y la amenaza, contrarios al diálogo, genera una prudente esperanza para conversaciones en el respeto a las diferencias, sin imposiciones. Como señalara el Presidente Maduro, un diálogo, en base a una agenda nacional de beneficios para el país. Un acuerdo indispensable, para convivir, libre de la amenaza externa y la confrontación que los insensatos pregonan para Venezuela.
Al tiempo se da, dentro de los lapsos que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el vencimiento de la Asamblea Nacional del 2015 y la elección democrática del nuevo foro legislativo. No hay razón, legal ni lógica alguna para que pretenda seguir funcionando un parlamento que terminó su periodo, ni la más irracional todavía, «presidencia interina». Van surgiendo en la mente de un sector mayoritario de venezolanos, el cansancio del engaño, de las trampas.
La designación del nuevo CNE, como manda el instrumento legal, con participación de un amplio sector opositor y con dos integrantes abiertamente opuestos al gobierno, abre nuevos cauces a la política nacional venezolana.
Quedan las ya señaladas sanciones como un yugo inmerecido y destructivo, los enemigos de la paz siguen impulsándolas. Sin embargo, se van delatando los promotores, entre ellos mismos se están señalando por el asalto a los fondos públicos hurtados a los venezolanos.
Tenemos convocado ya, por el nuevo CNE un proceso electoral amplio, inclusivo para todos los sectores, para el 21 de noviembre de este año.
Sin duda que existen elementos para pensar en un avance de nuestra patria hacia la paz y la convivencia necesaria. Debemos aprovechar esta coyuntura para evaluar, corregir. Todo ello en busca de la estabilidad, y felicidad para los venezolanos.
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