El ejercicio de la medicina ha sido por siglos uno de los más destacados y respetados, sin embargo, a medida que avanzan las nuevas metodologías, actualizaciones y tecnología, la sociedad demanda contar con médicos más humanistas, que sean mas cercanos al paciente.
En este sentido, queremos rendir homenaje a esos hombres y mujeres que se apartan de los suyos para cumplir extenuantes guardias, atender emergencias a cualquier hora, incluso sacrificando cosas personales para darlo todo por brindar atención requerida al paciente.
Homenaje a los precursores
El doctor Víctor Dávila, reconocido traumatólogo de la entidad y actual coordinador de la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos, considera que es necesario que a la par de que el estudiante de medicina, tenga conocimientos en cuanto a la profesión, también los maneje en cuanto a historia de los distintos profesionales que dejaron huellas imborrables en la medicina, tales como Luis Razzetti, Manuel Núñez Tovar, Domingo Luciani, José Gregorio Hernández, entre otros.
«El día de la medicina se comienza a celebrar en homenaje al Doctor José María Vargas, el 10 de marzo cuando se conmemora su natalicio, considero que es importante llevar la parte histórica porque tal parece que hay un vacío en este aspecto en relación a los jóvenes».
Precisó que actualmente el ejercicio de la medicina está siendo más demandada por las mujeres en proporción de un 50 a 60% aproximadamente, incluso se han dado casos en los cuales un grupo de graduandos han sido mujeres.
Destaca el galeno que en medicina hay cosas que no cambian, pero hay otras que se actualizan para mejor, como el caso de las tecnologías utilizadas para que una cirugía sea lo menos invasiva posible, con mejores resultados y una recuperación más rápida.
«Otra de las cosas que han cambiado son las bibliotecas por ejemplo, ahora los jóvenes tienen la biblioteca en sus teléfonos, antes si uno quería estudiar algo en particular debía suscribirse a una revista, ahora a través de la tecnología es fácil acceder gratuitamente a informaciones de varios hospitales que se hacen en forma de resumen»
Dávila envía un mensaje a los futuros profesionales de la medicina para que tengan mayor participación para cambiar lo que se tenga que cambiar.
«Pero más allá de eso, es necesario que los médicos devuelvan la fe al paciente, que ellos sientan confianza en quienes lo están atendiendo, que la gente que va a asistir a un hospital sienta que va a sanar, que va a ser atendido como persona. La gente a veces piensa que uno no llora, y sí, lo hacemos cuando vemos morir a un paciente, nos vamos a un rincón y lloramos por ese ser a quien deseábamos devolverle la salud, pero hay cosas que se hacen imposible».
Vocación y amor por la profesión
El médico pediatra Manuel Velásquez, inició sus estudios con mucho entusiasmo, pues siempre le gustaron los niños, por ello, ser pediatra representa para él el sueño de tener muchos hijos a quienes ha visto venir al mundo.
Estudié gracias al apoyo de mi hermano mayor y siempre era un gusto venir a Monagas de vacaciones, estar con mis hermanos, con mis padres, refiere el galeno, quién también coordina la fundación Por Amor a Tí.
«Amo esta profesión, traer vida al mundo, ayudar a que cada niño tenga mejor calidad en salud, hacemos cuanto esté a nuestro alcance con todo el amor. Agradezco a todos los colegas que colaboran en la Fundación para llegar a la mayor cantidad de niños posible, esa es nuestra mayor satisfacción».
Bienestar a quien lo necesite
Lexee Rondón, es un joven graduado hace apenas tres años en medicina general, sin embargo manifiesta su satisfacción de haber alcanzado este anhelo de su corazón para brindar bienestar a quien lo necesite, tanto física como mentalmente.
«La medicina es una de las mejores profesiones porque se trabaja con el paciente, se trata de mejorar y que se sienta en manos seguras. A través de esta profesión se abordan los problemas emocionales de la gente que acude a nosotros para buscar ayuda y tener solución a sus problemas».
Alega Rondón que lo peor que sucede en la vida de un médico es la muerte de un paciente. «Muchas veces nos llegan en etapa terminal cuando no es posible hacer mucho por ellos, sin embargo tratamos de alargarle la vida lo más que se pueda. Lo mejor sin duda, es atender los partos, es satisfactorio ver llegar una nueva vida al mundo».
Agrega que siempre le gustó la medicina, ayudar a otras personas. «Cada día en cada guardia podemos ayudar con medicinas, con atención, con las palabras porque la gente quiere que uno le escuche. La medicina ha cambiado en cuanto a tecnología, ahora hay aparatos para realizar mamografías, tomografías y otras herramientas que podemos utilizar para detectar enfermedades a tiempo y por ello debemos prepararnos día a día».
La satisfacción más grande es poder servir
Lidia Ríos Noriega, medicina interna con 2 años de graduada como especialista, afirmó que «es una alegría poder celebrar el día del médico cada año, soñamos siempre con este momento, algo que tiene el médico es vocación de nacimiento. La satisfacción más grande es poder servir a la comunidad; poder dar respuesta; poder ayudar a otros, no solo curamos, sino que también podemos aliviar el dolor de otros».
Aparte de esa labor de atención en salud, es satisfactorio formar a otros médicos, creo que cada uno tiene un docente innato y eso también nos llena de orgullo, porque hoy formamos nuevos médicos pero mañana seremos colegas».
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