El pasado jueves, remití a las autoridades de Acción Democrática, en la cual milito con orgullo desde muy joven, carta en la que manifesté mi voluntad de optar por la candidatura presidencial del Partido del Pueblo.
Lo hice en uso de mis derechos y en atención a lo establecido en los estatutos vigentes que en su artículo 182 rezan: “La elección del candidato presidencial de Acción Democrática se hará mediante votación directa y secreta , en la cual todos los militantes están en el deber y tienen el derecho de participar”.
No lo decidí a la carrera. Han sido meses de reflexionar, consultar, escuchar, sopesar los pro y contra de presentarme en una contienda que incluso internamente es escabrosa y muchas veces de bajo nivel. Aún en los más cercanos hay dudas porque no entienden porque dejar a un lado una vida familiar estable y llena de satisfacciones, un trabajo retador en Venezuela y fuera de nuestras fronteras, para sumergirme en una lucha dificilísima con resultados inciertos y hasta con elevados riesgos.
Esta nota la escribo de madrugada en Coro, en un domingo que es de los niños, con la nostalgia de encontrarme lejos de mis nietos a quienes adoro. Si no hubiese escogido retornar al quehacer político con seguridad estaría abrazándolos, besándolos, dándoles la bendición pero me consuelo pensando que lo que hago lo hago por ellos y por todos los niños y niñas de Venezuela.
En poema de Andrés Eloy Blanco que horas atrás cité en un programa de radio en Punto Fijo: “Cuando se tienen dos hijos se tienen todos los hijos de la tierra , los millones de hijos con que las tierras lloran” y otra vez de Andrés Eloy Blanco en la Asamblea Nacional Constituyente de 1947 a propósito de los enfrentamientos de los partidos políticos de ese tiempo mientras el pueblo pasaba penurias y cito de memoria “no olvidar jamás una escena trágica que podemos contemplar en cualquier camino de la patria, una rancho en piernas, una mujer enferma, y junto a ella contra el suelo, un niño que está comiendo tierra. Que la divisa de nuestro accionar sea el simple recordar que donde un niño está comiendo tierra, la tierra está comiendo niños”.
Me he postulado por los niños y niñas que hoy están comiendo tierra.
Me he postulado por las madres y familias de los muchos que se han marchado y especialmente por las decenas que han muerto o peor desparecidos en la Selva de Darién, el desierto de Atacama, el mar Caribe, al borde del Río Bravo, madres y familias con algunas de las cuales he llorado cuando escuché sus testimonios recientemente. “Mi hijo único se fue en el 2010 y nunca más supe de él después que se cruzó la frontera pero no me cansaré de buscarlo” me contó días atrás entre lágrimas una mamá en San Cristóbal.
Me he postulado por Génesis Cristina Carmona Tovar, estudiante de la Universidad Tecnológica del Centro de la cual soy rector, asesinada de un balazo cuando marchaba alegre en pos de libertades plenas, por “Cesita”, Cesar Pereira, que tantas veces ví en mi casa de Lechería, muerto por el impacto de una metra y por los muchachos que se creían protegidos por escudos de cartón sacrificando sus vidas instigados por unos canallas que disfrutan de la “dolce vita” en Madrid o Miami.
Me he postulado por los jóvenes que carecen de oportunidades, que atisban con pesimismo su mañana.
Me he postulado por cuatro millones de pensionados y jubilados que tras una existencia de trabajo reciben una vez al mes ciento treinta bolívares que ni siquiera para sus medicinas alcanzan y por los cinco millones y medio de empleados públicos que sobreviven con un salario de miseria. Por los trabajadores y trabajadoras todos que merecen vivir decentemente por su labor y hoy no les he posible.
Me he postulado por los empresarios, comerciantes y emprendedores, para los cuales el derrumbe de los indicadores económicos es más que números y tantas veces significa la pérdida de años de dedicación y esfuerzo.
Me he postulado con rabiosa indignación contra los promotores de las sanciones unilaterales que desde la comodidad del extranjero o incluso en el este caraqueño se pasean impunes, mientras nuestro pueblo padece las consecuencias de sus efectos como padece a la par la de un modelo fracasado que ya ni siquiera se atreven a nombrar el socialismo del Siglo XXI.
Me he postulado porque creo que en unidad, con la narrativa y propuestas correctas, en estrecha conexión con nuestros pueblos, podemos motivar para que quede atrás la apatía y la desesperanza y hagamos del votar la herramienta para alcanzar el gobierno que merecemos. Derrotar el pesimismo y la tentación de abstenerse debe ser nuestra primera misión.
Me he postulado porque me convencí que ni el capitalismo, ni el neoliberalismo, ni el comunismo, son alternativas para Venezuela y que en la Economía Humanista está la solución a la permacrisis que enfrentamos.
Me he postulado porque creo en la democracia, interna en los partidos políticos, y externa como única forma de dirimir nuestras diferencias que en este caso son de visión y de cómo forjar un mañana de bienestar generalizado.
Me he postulado porque sé tengo, y lo escribo con un sentimiento de humildad y de gratitud a Dios que me ha dado tantas oportunidades, la formación, las capacidades, la experiencia, la vocación para el trabajo, sensibilidad, la vocación social para liderar con tantos venezolanos y venezolanas capaces el complejo proceso de recuperación nacional y convencido además de que es en el consenso como podemos salir adelante.
Me he postulado convencido que Venezuela debe ser con todos, por todos y contigo.
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Luis Eduardo Martinez considero puede ser uno de los jovenes politicos resulgentes y que tanta falta hacen para generar los cambios en el pais, tiene experiencia, tiene preparacion y tiene un criterio de pertenencia sobre un tema muy importante como lo es la recuperacion del pais y la recontruccion de la vida de cada uno de los venezolanos, ha tenido altibajos en su vida politica, ha ido pasando por cada una de las etapas del proceso, ha tenido muy buenas y muy malas acciones, pero todas forman parte del desarrollo, seria un buen Gerente en AD y reeorientaria la via y objetivos del partido.