50% de adultos mayores no consume proteína animal en Venezuela
El director de Convite indicó que 70% de adultos mayores en Venezuela, depende de otras personas.
Al menos 50% de los adultos mayores en Venezuela no consume proteína animal en su dieta diaria, revelaron estudios recientes de Convite, una organización no gubernamental que apoya a este sector vulnerable de la población.
Su director general Luis Francisco Cabezas indicó además, en una entrevista con Unión Radio, que 80% no tiene póliza de salud y que 70% depende de otras personas.
“Hay que sumar el hecho de que muchas personas han tenido que abandonar sus protocolos farmacológicos por la imposibilidad de costear una simple pastilla como Losartán potásico, que tiene un costo promedio de 6 dólares, pero que no es poco para quienes perciben 5 dólares en un mes”.
Venezuela y la vulnerabilidad
Luis Francisco Cabezas señaló que 50% de los adultos mayores en Venezuela se encuentran internados en ancianatos que están abandonados y que sobreviven por la ayuda que reciben en esos centros de atención. Ante esa situación, instó al Estado venezolano a garantizarles el derecho a la alimentación.
Un total de “4.500.000 personas se encuentran en franca condición de vulnerabilidad, no solo en el tema de salud, sino de alimentación. Dada la magnitud, eso precisa de una respuesta de políticas públicas de emergencia para abordar los casos más urgentes, sobre todo para las que viven en soledad”, expresó.
Pidió a los propietarios de los restaurantes de Caracas generar iniciativas para enviar comida que en buenas condiciones, no servida o vegetales para este grupo de la población venezolana.
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Gracias a Dios por las bendiciones que me da. Logré empezar de nuevo a laborar como docente en una escuela de Fe y Alegría. Por qué el MPPE, nos quita el cesta ticket,desde que nos jubilamos. No dependo de nadie, más bien apoyo, a los que me necesitan. Trabajo desde los 17 años. Y lo seguiré haciendo, aspiro que Diós me ayude a seguir adelante y cuando tenga que trascender, lo haga con las botas puestas. Tengo 66 años, no soy un dechado de salud. Pero vivo y logró comer equilibradamente. Pido a mi padre celestial por aquellos que sufren tanta angustia.