Un nutrido número de vendedores de comida rápida, empanadas, arepas y tequeños, ubicados en las calles Monagas y Chimborazo de la ciudad de Maturín y que han sido afectados por la medida de desalojo tras la explosión de una bombona de gas de uno de los puestos, se dirigió la mañana de este jueves a la sede de la municipalidad en busca de respuestas.
Gabriela Núñez, vocera de los pequeños comerciantes, recalcó que no han recibido respuestas ante la solicitud que han hecho para que les permitan trabajar en el casco central, tal como lo han venido haciendo, algunos por más de dos décadas.
Gestionan soluciones
Señaló que se mantendrán haciendo las gestiones pertinentes hasta ser escuchados. «No nos negamos a la reubicación», reiteró; «Pero necesitamos que nos den respuesta para trabajar no podemos estar parados, hemos traído una carta a la Alcaldía pero nadie nos atiende», subrayó Núñez.
Agregó que el pasado miércoles se habló de un desalojo genera, sin embargo, es notorio que quienes venden ropa, jugos y otros accesorios se encuentran laborando sin ningún inconveniente. «A los únicos que sacaron ha sido a nosotros, más de cien trabajadores por un incidente que pudo generarse en cualquier sitio y no por nuestra culpa».
Centro laboró normal
Entre tanto, en las calles Monagas, Chimborazo, Miranda, Boulevard Arriojas, se encuentran los vendedores de mercancía seca, frutas, jugos, calzado, entre otros, laborando con total normalidad, alegan que esperan la respuesta por reubicación al contar con un lugar adecuado, que cumpla las exigencias mínimas para que ellos puedan colocar su mercancía y laborar dignamente, señaló uno de los vendedores que prefirió no identificarse.
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