Hemos venido aceptando desde hace 262 años nuestra fecha fundacional en un día como este 7 de diciembre, pero del año 1760, y en esa aceptación está implícito el reconocimiento a ciertos conceptos de sociedad, cultura, religión y de política.
Esa aceptación no fue voluntaria sino más bien la imposición de un conjunto de valores que planteaban la preeminencia de solo uno de los componentes de la sociedad que estableció su mirada y su reflexión de la vida, de la cultura y del gobierno.
Un religioso estableció los fundamentos de un poblamiento que hemos aceptado y que hoy pronunciamos como Maturín, voz que por cierto entraña polémica entre quienes señalan su posible origen francés y quienes insisten en que tal topónimo es de origen indígena. Para ambas tesis hay argumentaciones que intentan sustentar el planteamiento.
Respetuosamente oigo ambas argumentaciones, pero hay algunos hechos relevantes que es conveniente registrar en esta conversación a la que nos convoca esta fecha fundacional a la cual, como muchas otras cosas, es conveniente resignificar para avanzar hacia el desarrollo de visiones de ciudad, de territorio, sociedad y cultura que expresen con mayor justicia histórica la naturaleza de nuestras fechas fundacionales. Es indispensable fortalecer la memoria o registro de etapas fundamentales de nuestra historia que se insiste en abordar desconectadas de la idea de proceso y que tal vez en estas centurias reconocidas como antecedente fundacionales contribuyan a invisibilizar y profundizar la desmemoria en torno a hechos y pueblos que constituyen nuestro inmenso acervo de dignidad y heroísmo que explican el complejo carácter del monaguense que hace de la lucha por la libertad y la independencia un aspecto intrínseco a su existencia.
Tenemos una fecha de la que es necesario hablar con más frecuencia y aunque siempre me han interesado más los procesos y su naturaleza que las cronologías, no soy ajena a entender la importancia de tales cronologías para la estructuración de etapas que nos permitan sistematizar los análisis de las diversas y complejas coyunturas históricas que se han sucedido y han bosquejado nuestro territorio, nuestro municipio y nuestra amada ciudad, que como sabemos, han tenido un significativo movimiento de límites y superficie a través de los años.
La fecha que hace algunos minutos aludí es aquella en que un líder y organizador de resistencia antiimperialista murió en combate. Esa fecha probable es el año 1718, y en tan desafortunado año nuestro suelo de hoy se regó con la sangre de un líder que logró aglutinar a varios jefes indígenas en el proceso de defensa de su territorio contra la presencia imperial española.
Cronistas e historiadores señalan como probable el apellido Arriojas del capitán que diera muerte a un héroe esencial de lo que hoy es nuestro municipio y cuyo sacrificio por su territorio y formas de vida di origen al nombre de esta amada ciudad capital del estado Monagas, que hoy como tributo al héroe chaima llamamos Maturín.
Nuestro nombre como ciudad define una naturaleza y signa un comportamiento histórico de lucha antiimperialista como la que ayer y hoy libramos.
Es un hecho difundido por historiadores y cronistas que la caída en combate del guerrero Maturín dio lugar a lo que se llamó El Sitio de Maturín, en clara alusión al lugar donde éste ofrendo la vida por su pueblo. Su sangre regó este suelo donde hoy vivimos.
Yo creo que cada vez que nos reunamos para hablar de nuestra ciudad, debemos honrar y aplaudir a ese combatiente que se llamó y se llamará por siempre Maturín. Ya saben ustedes, ya sabemos todos que antes de esta fecha fundacional del 7 de diciembre de 1760 hubo otro intento fundacional, también hispánico, que como señala el historiador y sacerdote jesuita Pablo Ojer, llevaba por nombre San Juan de la Tornera de Maturín que habría sido fundado el 18 de abril de 1722 por el capitán español y gobernador de la provincia de Cumaná Juan de la Tornera y Sota. Tal fundación fue calificada como inmaterial por la Academia de la Historia y por ello es que el 7 de diciembre 1760 pasó a ser la fecha fundacional reconocida como definitiva y el fraile capuchino Lucas de Zaragoza el fundador de lo que tuvo el nombre de Pueblo de Misión de indígenas Guaraunos “San Judas Tadeo de Maturín”.
Nos toca reflexionar en torno a cuál es la pervivencia de las concepciones mitológicas de las personas que originariamente poblaban nuestro territorio. ¿Cuál era su fe, sus nombres, su cultura y formas de relacionarse con la naturaleza?
En función de propiciar esos espacios de reflexión e investigación de nuestros ancestros e identidad, quiero anunciar el día de hoy la creación del Premio Municipal de Historia, que en sus primeras ediciones tendrá este eje temático como condición indispensable y estará dotado de una premiación de 1000 dólares o su equivalente en nuestra moneda, además de la publicación de la obra ganadora en formato digital y físico.
Cuando nosotros convocamos a la juventud de Maturín para el reto definitivo de resignificar y refundar nuestro municipio y nuestra ciudad, es porque reconocemos el acervo establecido por nuestros héroes también jóvenes y comprometidos como nosotros.
Hablar de Maturín, profundizar nuestra mirada con relación a nuestra amada ciudad, es reconocer la tradición de lucha por nuestras formas de ver la vida y es por ello que en las luchas independentistas tenemos heroicos antecedentes que nutren y fortalecen nuestra voluntad de lucha por nuestro pueblo. La voluntad para luchar por nuestra gente es irreductible.
Comentaba hace unos minutos de la necesidad de cultivar nuestra memoria y ello no es solamente el cultivo de la historia bélica porque también nos nutrimos de la gesta civil asumida históricamente por nuestro pueblo que nos ha garantizado progreso y ha edificado la paz.
Es una tarea de profunda contemporaneidad el conocimiento de nuestro proceso histórico y no hay nada más moderno y más joven que el saber de dónde venimos y conocer nuestros antecedentes de lucha por la independencia y la soberanía.
Varias batallas por la Independencia hubo en este territorio y en esta ciudad. Los registros históricos señalan que hubo cinco batallas, cuatro de las cuales culminaron en victoria para la causa patriótica y una de ellas, la quinta, resultó en derrota trayendo como consecuencia la pérdida de la segunda República.
El 20 de marzo de 1813 ocurrió la primera batalla y como ya dije, triunfó la república. El 11 de abril de 1813, en la segunda batalla también triunfamos y el 25 de mayo de 1813 continuamos con honor, dignidad y valentía dando éxitos a la causa de la independencia, lo que también hicimos el 12 de septiembre de 1814.
El 11 de diciembre de 1814, el ejército español, en la Quinta Batalla de Maturín logró derrotarnos coyunturalmente y con esa derrota cayó la Segunda República.
Faltan apenas 4 días para que se cumplan 208 años de esa derrota en nuestra guerra de Independencia y tal suceso trajo como consecuencia que Maturín fuese arrasada y la mayoría de sus habitantes asesinados por los imperialistas españoles. Yo quiero señalar que debemos considerar la batalla en que el héroe indígena Maturín fue asesinado por los españoles, como una batalla por la independencia de Venezuela y aunque se suele caracterizar como pre independentistas las batallas ocurridas antes de 1810, yo considero que nosotros debemos honrar a nuestros héroes aborígenes recordando y estudiando su proceso de lucha por su pueblo y asumirla nosotros en nuestro municipio como una efeméride fundamental, cargada de contenido, plena de memoria e irreductible amor por el pueblo. Tienen nuestros historiadores el reto de dilucidar ese año 1718 en que fue asesinado nuestro padre Maturín y a partir de allí consolidar procesos en los cuales honremos su memoria. Es necesario hacerlo, ya estábamos aquí, ya nos concentrábamos en nuestra idea originaria de población y comunidad. Ya estábamos aquí, nuestro origen milenario está debidamente expresado en propuestas culturales, en lenguas, en costumbres, y sobre todo en la existencia misma de nuestros pueblos originarios.
No soy historiadora, pero soy joven, soy mujer, soy patriota y por ello asumo las banderas libertarias de nuestros antepasados. Hoy seguimos en lucha antiimperialista, un imperio decadente nos cerca, nos hostiga y nos bloquea sometiendo nuestro pueblo al sufrimiento reiterado como consecuencia de tales medidas imperiales. Hoy como ayer resistimos y triunfamos. Es nuestro compromiso histórico y generacional, crear las condiciones para la felicidad y la paz de nuestro pueblo. Nos ha tocado asumir compromisos irreductibles que implican la refundación y resignificación de nuestro Municipio y nuestra ciudad, no es una tarea fácil, pero es nuestro deber luchar sin descanso para que quiénes viven aquí puedan hacerlo en paz y en felicidad.
Son múltiples los problemas que enfrentamos y muy grandes las dificultades que signan en este tiempo político, no es posible pensar en una gestión de gobierno sin entender las implicaciones financieras que tiene para nosotros las medidas sancionatorias contra nuestro país. No hay bonanza, pero tenemos una férrea voluntad para usar democráticamente los recursos en función de la atención a nuestro pueblo.
He señalado que estamos en un proceso de resignificación de nuestro municipio y reivindicamos para ello la construcción de nuevas mentalidades que asuman a la ciudad como ámbito esencial para la vida. Es bueno reiterar que todo lo que hacemos es en función de la gente, el concepto de Ciudad Humana e inteligente que estamos empeñados en construir se fundamenta en las personas y en el desarrollo y profundización de una identidad que nos define.
La privilegiada ubicación al lado de nuestro Guarapiche fundacional nos caracteriza como una gran ciudad y como un municipio que tiene llanos, montañas, acceso al Océano Atlántico y una rica urdimbre fluvial que nos aproxima al Delta.
Una ciudad es un conjunto de presencias de gran complejidad que se unifican desde la diversidad y se hacen posible, se formulan propuestas definitorias de desarrollo y se define también el rol que estamos llamados a cumplir en estos tiempos de prueba y de construcción de aspectos culturales desde los cuales nos reconocemos.
Hemos asumido que la felicidad y la recreación son un aspecto determinante para la población y por ello avanzamos en la recuperación de espacios públicos para el disfrute de la familia. Hemos hecho intervenciones estéticas en plazas, paseos y calles en las cuales hemos logrado articular la utilidad con la belleza, porque es una ciudad bella nuestra Maturín y los monaguenses nos merecemos una ciudad como la que estamos refundando, una ciudad bella, práctica, organizada, solidaria, incluyente y ámbito estupendo para la generación de oportunidades para todos.
Estamos trabajando en la construcción de una ciudad inteligente y humana que garantice el uso democratizado de todos sus servicios y genere oportunidades a todo emprendimiento e idea de superación y progreso. Se han desarrollado procesos de conectividad en distintos espacios para que nuestra población pueda estar al nivel de las exigencias de los nuevos tiempos. Brindamos acceso gratuito al servicio de internet en distintos puntos de la ciudad para la recreación, el estudio y el trabajo. Estamos en el desarrollo constante de procesos de modernización de nuestros servicios en la Alcaldía para que cualquier relación, cualquier diálogo que sea necesario establecer entre los ciudadanos y la alcaldía pueda hacerse desde la comodidad de la comunicación efectiva, amable y productiva.
Nos alienta un concepto de ciudad, una idea que convierte la dinámica entre los ciudadanos y la Alcaldía en un derecho y en la expresión de una mentalidad avanzada, moderna e inclusiva.
Hace algunos días cumplimos un año en el desarrollo de la gestión municipal y creo desde la humildad que nuestro Municipio y nuestra ciudad se han transformado y están en pleno proceso de refundación.
Estamos asumiendo un arduo trabajo de creación de mentalidades, ello es indispensable para abordar la idea de ciudad como derecho, pero para que este proyecto sea exitoso es necesario que nuestra gente de Maturín nos acompañe en el cuido y protección de los espacios recuperados. Hemos recuperado la idea del verde en nuestra ciudad y sembrado plantas ornamentales en plazas y avenidas, pero es necesario que la ciudadanía las cuide y proteja. En la idea de ciudad que construimos queremos pensar que no necesitaremos celadores o guardianes para proteger los espacios recuperados porque nuestro amado pueblo las cuidará. Nadie ama más la ciudad que nuestro pueblo. Confiamos, siempre confiaremos en nuestro amado pueblo.
En nuestra gestión crearemos, ya lo estamos haciendo, las condiciones para hacer de la nuestra, una ciudad humana e inteligente y por ello, todo lo que hacemos en el contexto del ordenamiento vial, de las señalizaciones, en el estudio profundo y organizado del catastro, en la reflexión en torno a nuestra toponimia urbana, en la modernización, humanización y eficacia del manejo tributario. Todo ello lo hacemos en función de nuestro pueblo, de la ciudad y el municipio.
Este 7 de diciembre de 2022, pasados 262 años de la fecha que aquí nos convoca, quiero ratificar mi compromiso inquebrantable de mujer y alcaldesa revolucionaria de que no desmayaré en convertir a Maturín en la ciudad más humana de Venezuela.
¡Muchas gracias camaradas!
Seguimos venciendo.
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