La mañana de este lunes, funcionarios de Protección Civil y Administración de Desastres, PCAD, realizaron una nueva inspección en el sector La Muralla, luego de las anegaciones sufridas por la crecida del caño, provocadas por las fuertes lluvias que se prolongaron por espacio de cinco horas el pasado jueves en Maturín.
Estas anegaciones tomaron por sorpresa a los habitantes de la zona, quienes advirtieron que fue muy poco lo que lograron salvar, ante lo rápido que se metió el agua en sus hogares.
Al menos 29 personas integran las 13 familias que habitan en 10 casas ubicadas en la calle 4 de La Muralla, donde los afectados afirmaron que lo perdieron todo.
«Esto fue peor que la situación que hubo con la tormenta Brett porque ahora llegó sin avisar, fue como una avalancha, no dio tiempo para nada», dijo la líder de calle Betzy López que ha estado acompañando a los afectados.
En casa de la familia López Valdez viven cuatro personas, de las cuales dos se encontraban en la vivienda, no pudieron salvar nada. «Esto nos agarró por sorpresa, perdimos la nevera, los colchones, todo», dijo López.
Informó que producto de la situación, están afectados 9 niños, tres adultos con hipertensión y una niña con neumonía.
Los funcionarios bomberiles fumigaron y colaboraron con la limpieza. «Desde el primer momento, hemos estado abocados a ayudar a estas familias que lo perdieron todo. Les llevamos comida, ropa y colchones porque no tienen dónde dormir. Esta familia está durmiendo en un colchón húmedo, estando expuestos a infecciones y a la contaminación porque el caño arrastró mucho sedimento, monte y basura que hemos detectado que traen de otros lados en camionetas», denunció.
La familia Maestre también expresó que perdió colchones, la cama, la cocina, la nevera, ropa y sus alimentos.
Otra de las familias estaba con sus dos bebés en la población de Caripe y hasta hoy lunes fue que pudieron volver y se encontraron que su casa fue declarada «pérdida total y en riesgo». «No tenemos agua, ni luz ni cómo cocinar», dijo la joven madre.
Estas familias aguardan la ayuda gubernamental, porque en definitiva, lo más sano es que sean reubicadas porque en esta zona están en riesgo y no podrán vivir con tranquilidad y seguridad en lo sucesivo.
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