Después de dos años sin acudir a las instalaciones del Cementerio nuevo de Maturín, los deudos comenzaron a arribar al camposanto desde las 5:30 de la mañana de este miércoles dos de noviembre, con la finalidad de limpiar la tumba de su ser querido y hacer por ellos una oración, en conmemoración a los fieles difuntos.
Así lo indicó uno de los trabajadores del lugar, quien manifestó que «el cementerio abrió las puertas a las cinco y media de la mañana y al ratico comenzó a llegar la gente», dicho lugar estaría abierto hasta las ocho de la noche, para que las personas pudieran permanecer en el sitio.
En este sentido, fueron colocadas suficientes luminarias hacia la parte final del camposanto, además se colocó vigilancia, toldos de información en lo que los visitantes pudieran orientarse acerca de la ubicación de la tumba de sus familiares.
María Salazar, manifestó que desde la pandemia no había ido al camposanto porque no dejaban entrar y luego el temor al contagio del coronavirus.
En el Cementerio vendieron de todo
En virtud de la fecha, hubo quienes vendieron frutas, helados desde 2 bolívares, los llamados raspados en 5 bolívares, y hasta hallacas a 10 bolívares, alegando que hubo buenas ventas a pesar de que apenas estaba comenzando la mañana, por lo que esperaban que en la tarde les fuese mejor.
«Estoy vendiendo tetas, agua de coco, todo barato; por eso todo ha tenido salida, porque la gente está comprando», dijo Marcos Véliz, quien se encontraba vendiendo sus productos.
Entre tanto, los vendedores de flores, manifestaron que desde ayer subieron las ventas, debido a la cantidad de personas que asistieron al lugar, sin embargo, destacaron su preocupación por no tener puestos donde resguardarse del sol y la lluvia, así como para resguardar las flores.
«Esperamos que la alcaldesa Ana Fuentes cumpla la promesa que nos hizo que para finales de año tendríamos nuestros puestos, ella viene aquí todos los días a supervisar los trabajos en el Cementerio», precisó Nelly Ruíz, una de las floristeras del lugar.
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