Sus redes se han convertido, entre otras cosas, en una constante celebración de sus hijos, Matías, Miguel y Santiago. Los tres amores que tuvo Inger Devera con Nacho son su mayor éxito y orgullo, y así lo hace saber Inger Devera a cada rato. Desde sus logros deportivos y notas en la escuela, hasta sus sueños cumplidos a su temprana edad.
Juntos forman el mejor de los equipos y ellos son la única cita masculina, a menos públicamente, que se le conoce desde su separación. Desde que en 2020 se convirtiera en una mujer soltera, su vida ha dado un giro de 180 grados y para bien.
Además de convertirse en toda una mujer de negocios, empresaria de éxito e imagen de varias marcas, Inger es otra en muchos aspectos. No se deja ver en exceso en las redes, pero cuando lo hace causa furor entre sus casi 3 millones de seguidores por su imagen, mucho más fresca, dicharachera, juvenil y natural sin presiones ni miedos al qué dirán.
Inger Devera luce su belleza natural sin complejos
Aunque la imagen y el exceso de cuidados nunca han sido su obsesión, sí recurre a ello cuando es necesario para darse sus mimos. El resultado salta a la vista. Inger luce una belleza natural que sus seguidores no han tardado en piropear en cada una de sus publicaciones, aunque por encima de su look, es su alegría y felicidad lo que más destaca en sus apariciones.
Gracias a su trabajo en La tribu esencial, empresa proveedora de productos naturales, ha podido encontrar ese equilibrio entre su papel de madre y mujer emprendedora, sin tener que renunciar a ninguno de los dos. Más que estar bella, se siente bella, y más que lucir perfecta, aspira a aceptarse tal cual es. Esas han sido y son las bases de su crecimiento y cambio en todos los sentidos.
En unas recientes historias de Instagram que posteriormente publicó en forma de video en su perfil, se mostró tal cual es, sin maquillaje ni filtros, reconociendo que ser madre de 3 hijos ha dejado huellas en su cuerpo. También habló del inevitable paso del tiempo y de esa necesidad de hoy de luchar contra ello. Dejar fluir y que las cosas evolucionen con naturalidad es, quizás, su mayor tip de belleza y de vida.
Hacer frente a las dificultades sin a huir.
«Estar flaca no es igual a ser feliz, ni a ser más o menos mujer, ni peor o mejor mujer o ser humano», expresó. E insistió en que si uno come sano y hace ejercicio, que lo haga porque es saludable, no por cómo se va a ver frente al espejo.
«Tengo pancita, y varices, y celulitis y estrías, y es normal, y está bien», expresó al leer la cantidad de reacciones que recibió de mujeres con sus reflexiones. Cuidarse para estar sano es fundamental, pero como obligación para recibir aprobación de los demás.
Para Inger la felicidad de hacer lo que le gusta, estar con sus hijos y, sobre todo, aceptarse tal cual es, es una de las lecciones más importantes aprendidas en los últimos años. Un hecho que ha logrado que se vea y, sobre todo, se sienta mejor que nunca antes.
Con información de People en Español
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