El Tribunal Supremo de EE.UU. ha anunciado este viernes la sentencia con más impacto social y político en décadas: tumba el derecho al aborto establecido por el propio tribunal en la sentencia ‘Roe v. Wade’ de 1973, que establecía protecciones jurídicas a nivel nacional para que las mujeres pudieran interrumpir de forma voluntaria sus embarazos hasta el momento en el que el feto fuera viable.
Aquella sentencia cimentaba el derecho al aborto como un derecho fundamental protegido por la Constitución y la de ahora, en esencia, elimina esas protecciones jurídicas y deja al arbitrio de los estados la regulación de la interrupción del embarazo.
En las últimas décadas años, los tribunales inferiores han rechazado leyes restrictivas con el aborto aprobadas por los estados
de forma sistemática ante la presencia de precedentes establecidos en el Supremo sobre el derecho al aborto (otra sentencia central es la de ‘Planned Parenthood v. Casey’, de 1992, que establecía la viabilidad en las semanas 23-24 de gestación).
Mayoría conservadora en el Tribunal Supremo
En los últimos años, sin embargo, ha habido una avalancha de estas leyes con la esperanza de que el giro conservador del tribunal abriera una ventana a acabar con el aborto. La que finalmente ha sido considerada por el Supremo es la aprobada el año pasado por el estado de Misisipí, que prohíbe casi todos los abortos después de las quince semanas de embarazo.
Ese giro conservador se fraguó en la presidencia de Donald Trump que prometió a los votantes republicanos colocar jueces muy conservadores en el intérprete último de la Constitución. No solo cumplió sino que además tuvo la posibilidad -poco habitual- de nombrar a tres jueces en un solo mandato.
La actual composición del tribunal es de seis jueces nombrados por presidentes republicanos y solo tres elegidos por demócratas. Y ese ha sido el resultado de la votación en la sentencia sobre aborto alrededor de la ley de Misisipí -‘Dobbs v. Jackson Women’s Health’: un contundente 6-3 que cambia de arriba la configuración del aborto en todo el país.
La sentencia permite ahora a los estados decidir su legislación sobre el aborto sin las cortapisas del precedente de ‘Roe’. De hecho, ya hay 13 estados que tienen ya aprobadas las llamadas ‘leyes gatillo’, listas para entrar en vigor en cuanto se produjera la sentencia y que prohíben de forma completa el aborto. Otra docena de estados también tienen preparadas leyes muy restrictivas para su acceso.
«’Roe’ era rematadamente errónea desde el principio. Sus fundamentos eran excepcionalmente débiles y la sentencia ha tenido consecuencias desastrosas. Y lejos de conseguir un acuerdo nacional sobre el asunto del aborto, ‘Roe’ y ‘Casey’ han avivado el debate y profundizado la división», aseguró el redacto de la sentencia, el juez conservador Samuel Alito. «Es momento de acatar la Constitución y devolver el asunto del aborto a los representantes elegidos por el pueblo».
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