La crisis y los apagones
La crisis eléctrica en Venezuela no en nueva. De hecho, tiene al menos 12 años, desde el 2010 que se dio el primer grito grave de alarma y por el cual el presidente Hugo Chávez hizo las primeras inversiones y tomó las primeras medidas.
Luego, la situación pareció “calmarse” por un tiempo, hasta que, en el 2019, ya con el presidente Nicolás Maduro, se dio el gran apagón nacional que originó otra serie de decisiones que, mal que bien, dieron algún tipo de “solución” a la emergencia.
Pero, según cifras más serias, este problema está lejos de solucionarse, si no se deja de lado la ideología y se resuelve pragmáticamente con participación del sector privado, para ocuparse realmente de la raíz del asunto: la inversión.
Proyectos en puertas
De nuestras fuentes en el Ejecutivo sabemos que hay proyectos o, al menos, conversaciones acerca de que se podrían entregar, con la debida supervisión, algunos servicios de importancia, al sector privado y entre ellos repuestos y tecnología en la cadena de suministro de la electricidad.
Igualmente, así como ocurrió con la gasolina, cuando la gran escasez, se estarían preparando envíos de buques con combustibles, hacia los países aliados, a cambio de plantas de energía, equipos y repuestos, lo cual precipitaría inversiones grandes en el sector eléctrico.
El sufrimiento en el interior
Aunque siempre hemos dicho que en Caracas se notan “poco” las fallas en los servicios, principalmente la electricidad, cada vez son más frecuentes “los bajones”, sobre todo en sectores populares, pero también en las zonas industriales.
Lo negativo de esto es que los bajones o fluctuaciones causan mucha zozobra y también gastos, tomando en cuenta que los aparatos electrodomésticos se dañan y no hablemos de las instalaciones industriales o comercios.
Y una parte de los venezolanos afectados no tiene para reponer una nevera, una lavadora o un televisor, una planta o repuestos una fábrica o comercio.
En el interior ni se diga. La situación es crítica con la electricidad en el sentido de que pueden pasar más horas sin luz que con ella.
Hay estados como Mérida, Táchira, Trujillo y Zulia que están pasando hasta 12 y 16 horas sin electricidad y eso causa molestias, angustias y sobresaltos, porque el fantasma del mega apagón no se ha ido.
Lo importante es que el país tiene una ligera recuperación económica, que se extenderá por todo este año, y para acompañarla, la decisión política del presidente sobre el tema de la electricidad es fundamental.
Por ello, insistimos en que el Ejecutivo, así como el Parlamento, honren su palabra en el sentido de cumplir con las promesas de hacer lo que sea para que los servicios mejoren, incorporando al sector privado a las soluciones y si es necesario, ofertar empresas y áreas de Corpoelec a los países aliados y potencias cercanas, como China, Rusia, Irán y Turquía.
Y en ese lo que sea va implícita la inversión. El presidente Maduro puede buscar con alianzas privadas los recursos y hay que tomar en cuenta que las fallas en los servicios, frenan bruscamente por estados la recuperación de la economía que va con buen pie.
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