El Papa Francisco consagró este viernes a Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María en una ceremonia en El Vaticano, en la que pidió la paz y condenó la destrucción de la guerra.
La liturgia por la paz se celebró al mismo tiempo en la Basílica de San Pedro del Vaticano y en Fátima (Portugal), donde Francisco envió al limosnero papal, el cardenal Konrad Krajewski, pero además el papa había pedido en una carta a todos los obispos y los fieles del mundo que se unieran al acto.
«En estos días siguen entrando en nuestras casas noticias e imágenes de muerte, mientras las bombas destruyen las casas de tantos de nuestros hermanos y hermanas ucranianos indefensos», dijo el pontífice en su homilía.
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