Los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaron este jueves una cumbre en Bruselas con la intención de reforzar su apoyo logístico a las fuerzas ucranianas, para elevar así el costo para Rusia por su invasión de Ucrania.
A su llegada a la sede de la OTAN, el primer ministro británico Boris Johnson afirmó que el presidente ruso Vladimir Putin «cruzó la línea roja hacia la barbarie».
Por su parte, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, formuló este jueves un llamado para que la alianza militar transatlántica redoble sus esfuerzos para contener la ofensiva militar rusa en territorio ucraniano.
«Putin no puede ganar esta guerra. Es necesario contener a este criminal de guerra», añadió.
La cumbre de la OTAN cuenta con la participación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
El secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, dijo antes del inicio de la reunión que el mandatario ruso cometió «un grave error» al iniciar la invasión a Ucrania.
Putin «ha cometido un grave error, y es haber iniciado una guerra contra una nación independiente y soberana. Ha subestimado la fortaleza y la valentía de los ucranianos», señaló.
La agenda de esta cumbre contempla la participación del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, mediante videoconferencia, aunque el país no pertenezca a la alianza militar.
Para Stoltenberg, la OTAN enfrenta «la crisis de seguridad más seria en una generación».
El responsable aseguró que la alianza transatlántica «ha aumentado su presencia militar en el flanco oriental» y añadió que los líderes discutirán ahora «la necesidad de reorganizar nuestra disuasión y defensa a largo plazo».
En esa redefinición, apuntó Stoltenberg, el «primer paso» es el establecimiento de «cuatro nuevos grupos de combate en la parte oriental de la alianza, en Bulgaria, Rumanía, Hungría y Eslovaquia».
La OTAN ya desplegó esos grupos de combate en otros cuatro países: Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
– Pedidos de Zelenski –
La OTAN resiste a los insistentes pedidos formulados por Zelenski para la implementación de una zona de exclusión aérea sobre territorio ucraniano, ya que ello podría representar un conflicto abierto con Rusia.
En la víspera, Stoltenberg había afirmado que los países de la OTAN están «decididos a hacer todo lo posible para apoyar a Ucrania». «Pero tenemos la responsabilidad de garantizar que la guerra no se intensifique más allá de Ucrania y se convierta en un conflicto entre la OTAN y Rusia», advirtió.
Por su parte, Zelenski expresó el miércoles en un video que Ucrania «espera pasos significativos» por parte de la OTAN.
En la jornada, el G7 de las principales economías del mundo también se reunirá en la sede de la OTAN, y posteriormente se realizará en Bruselas una cumbre de líderes de la Unión Europea (UE).
En su mensaje, Zelenski dijo que en esas tres cumbres «veremos quién es un amigo, quién es un asociado y quién nos ha traicionado por dinero».
En la actualidad Estados Unidos cuenta con unos 100.000 soldados en el espacio europeo, unos 40.000 de ellos bajo comando directo de la OTAN.
No obstante, Stoltenberg reiteró este jueves que la OTAN no pretende desplegar tropas en Ucrania «ni aviones en el espacio aéreo» ucraniano, como lo pide Zelenski.
En caso que la OTAN decida implementar una zona de exclusión aérea, eso implicaría «atacar defensas antiaéreas y abatir aviones rusos», en un escenario que provocaría una generalización total del conflicto.
En la jornada, los líderes de la OTAN también discutirán el papel de China en el conflicto.
El miércoles, Stoltenberg advirtió que a la alianza militar transatlántica le preocupa que China «proporcione apoyo material a la invasión rusa», una denuncia que Pekín calificó este jueves de «desinformación».
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