«Cuando tengamos situaciones de epidemia estacional de gripe, que las tenemos todos los años entre el 20 de diciembre y el 31 de marzo, sería interesante que normalicemos que la gente, si tiene síntomas gripales o catarrales, utilice la mascarilla».
Es el diagnóstico del catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Ángel Gil de Miguel, ante el nuevo escenario que avanza hacia la «gripalización» del coronavirus y la reaparición de otras enfermedades infecciosas que se habían quedado en la sombra gracias al uso del tapabocas en espacios cerrados.
«Antes del covid, veíamos a gente con mascarilla por la calle y nos parecía raro, pero ahora hemos aprendido a convivir con ellas y hemos incorporado ese hábito».
Si el día de mañana, estamos en temporada gripal y tengo síntomas, no está de más que me ponga una mascarilla para evitar contagiar al resto de la población en interiores, como el transporte público, por ejemplo. Nos vendría muy bien», señala el experto en conversación con ABC.
Gil de Miguel participó este miércoles junto a otros profesionales en las XXII Jornadas sobre Vacunas en Atención Primaria, organizadas por la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (FISABIO) Precisamente, el catedrático destacó al importancia de prevenir patologías infecciosas invernales como la gripe, el virus respiratorio sincitial (VRS) o la neumonía neumocócica, que este año están surgiendo «un poco tarde».
«La cola del invierno, que climatológicamente se está alargando, va a hacer que tengamos una incidencia más salta de estos virus hasta mediados de abril. Estamos viendo ahora lo que el covid no dejaba ver», explica. Según datos de la Conselleria de Sanidad, en la Comunidad Valenciana se notificaron en 2021 2.456 casos de gripe, frente a los 37.985 de 2020 y los 80.038 de 2019.
Además, destaca la llegada a lo largo de este mismo año de nuevas vacunas mejor desarrolladas –aprobadas por al Agencia Europea del Medicamento -para prevenir la neumonía neumocócical, la que más hospitalizaciones y muertes -diez mil anuales de media en España- producía hasta que llegó el covid.
«Estas vacunas aumentan su espectro de actuación. Una de ellas, la de veinte serotipos, incorpora el serotipo 8, que está presente en el 30% de neumonías en mayores de 65 años», comenta el experto, que aboga por realizar campañas informativas al respeto para que la población vulnerable -también los pacientes con alguna patología crónica- se inmunice. «Una neumonía acaba mermando la calidad de vida de una persona», advierte sobre la necesidad de prevenirlas.
Medidas «adelantadas»
Ante la nueva estrategia adoptada por la Comisión de Salud Pública para avanzar hacia un nuevo escenario postpandemia, sin cuarentenas para los positivos en coronavirus asintomáticos, Ángel Gil de Miguel considera que son medidas que «más tarde o más temprano teníamos que tomar», aunque «hubiera esperado un mes para tomarlas» porque «una cosa es que la incidencia baje y otra que se mantenga en ese nivel durante un tiempo».
«Quizás, cuando nos reunimos en el ámbito más científico, pensamos que es un poco prematuro. Hubiésemos preferido esperar a después de Semana Santa, donde hay más aglomeraciones de gente, y actuar de cara a mayo, cuando la incidencia hubiera bajado más. Nos gustaría que la incidencia llevase un tiempo por debajo de los 200 casos por cada cien mil habitantes -actualmente se sitúa en 436- para tener más seguridad», subraya a este periódico.
«No creo que tampoco vaya a suponer un gran problema, pero hay que ser prudentes. La situación ha cambiado, afortunadamente, pese al ligero repunte, lógico en Valencia después de las Fallas, pero creo que volverá a las cifras que estábamos viendo e irá bajando».
Cuestionado sobre si se están siguiendo criterios técnicos a la hora de tomar estas decisiones, el experto asegura que entiende la «necesidad de normalizar la situación y eso hace que se tomen medidas adelantadas a lo que desde el punto de vista epidemiológico nos gustaría». «Si vemos que la tendencia va bajando y estamos dos o tres semanas por debajo de 200, la elevación que pueda tener en ese momento va a ser mucho más leve. Si simplemente llevamos una semana por debajo de 200 y flexibilizamos, de pronto podemos tener un repunte», asevera.
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