El pasado sábado el Presidente Nicolas Maduro Moros presentó a la Asamblea Nacional su mensaje anual.
El Jefe de Estado arribó cerca de las seis de la tarde al Palacio Federal Legislativo, hermosa edificación neoclásica del siglo XIX, legado del primer gobierno de Antonio Guzmán Blanco, construida bajo la dirección del notable ingeniero Luciano Urdaneta, hijo del General Rafael Urdaneta. Poco después bajo la presidencia de Jorge Rodríguez Gómez, se inició la sesión especial.
Diputadas y diputados y una nutrida representación de todos los poderes públicos venezolanos y gobiernos extranjeros nos reunimos en el patio central, bajo chaguaramas y palmeras y al amparo de la fuente escultural traída de Inglaterra en 1876, mientras ruidosas guacamayas sobrevolaron un buen rato.
La intervención del Presidente Maduro se extendió por unas tres horas tras lo cual entregó al diputado Rodríguez los tomos contentivos de la cuenta 2021.
Precipitarse a emitir un juicio de valor sobre el mensaje y mucho más de la cuenta sería un acto poco responsable y pareciera conveniente tomarse el tiempo necesario para evaluar objetivamente la gestión del año precedente, pesando correctamente las circunstancias extraordinariamente adversas en las cuales transcurrió en especial por las sanciones unilaterales extranjeras que tanto afectan.
Sin embargo, conviene mencionar:
La totalidad de los poderes públicos estuvieron presentes. En la sede natural del poder legislativo, desde 1877, y con asistencia plena de sus miembros, el ejecutivo encabezado por el Presidente de la República, el judicial, el moral, electoral, los embajadores y encargados de negocios acreditados en el país, el alto mando militar, los gobernadores recientemente electos incluido Sergio Garrido de Barinas, alcaldes, también laureados atletas, escritores y hombres y mujeres del pueblo llano, nos congregamos en cumplimiento de una disposición constitucional que fue oportunidad excepcional para demostrar al mundo, y a algún despistado criollo, que en Venezuela no hay, no existe ninguna dualidad del poder, que no hay dos presidentes, ni dos asambleas, ni dos tribunales supremos de justicia, ni dos fiscales, ni pare de contar, sino que única e indiscutiblemente hay un solo poder en cada caso, legítimo y en ejercicio pleno de sus funciones. Es cierto que en mucho podemos no compartir visiones, modelos y/o ejecutorias, pero tal no deslegitima ni justifica el auto ungirse presidente, parlamentario, magistrado mucho menos apropiarse de valiosos activos de la república y usufructuarlos corruptamente para beneficio personal.
El destacar del diálogo: a lo largo de su intervención el Presidente Maduro insistió en el valor del diálogo y el entendimiento. Su reconocimiento público a la gestión adelantada por la Comisión especial de la Asamblea Nacional para el Diálogo, la Paz y la Reconciliación, de la cual formo parte, nos compromete más aún con la búsqueda de consensos e incluso su disposición a retomar el diálogo con los sectores mas radicales de la oposición muestra que por encima de cualquier consideración particular pueda privar y priva los más altos intereses de la nación entre los cuales el cese de la confrontación es vital para iniciar un proceso sostenido de recuperación económica esperamos que con inclusión social. Quedó claro que hay una firme voluntad para el diálogo y el encuentro lo que beneficiará a todos los venezolanos y venezolanas.
El despegue económico: si bien pareciera que el Presidente Maduro se quedó corto en algunas cifras, no quedó dudas que el 2021 fue año de recuperación de nuestra economía. El Presidente habló de un estimado de crecimiento de 4 % del Producto Interno Bruto pero el departamento de estrategias del Banco Credit Suisse en su informe anual resalta que el PIB de Venezuela creció 8,5 % mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo, reporta un alza del 78 % de las exportaciones, que es la mayor recuperación en ese renglón de Suramérica. Pero más allá de los números lo relevante es el planteamiento que en la medida que ganamos en estabilidad política, reinstitucionalización de los poderes públicos, paz, la economía real mejorará sostenidamente. Obvia la respuesta a la pregunta que hizo el Presidente sobre a quién beneficia la destrucción de nuestra economía?: a nadie decimos con plena convicción. Que así lo entendamos todos ayudará en mucho a que Venezuela sea la que soñamos.
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