La pujante capital del estado Monagas, Maturín, fue fundada un 7 de diciembre de 1760 por el fraile capuchino Fray Lucas de Zaragoza, razón por la cual en este 2021 arriba a sus 261 años.

Sin lugar a dudas, nuestra ciudad cumpleañera es una de las más importantes capitales del país desde el punto de vista político y económico debido a su actividad petrolera y vocación agropecuaria y turística, como real encrucijada del potencial económico del oriente del país.

Respecto al origen de su nombre, de acuerdo a los estudiosos, este obedece a un indígena llamado Maturín, quien era el cacique de una tribu localizada cerca de la ciudad.

Cuenta la historia que este murió a manos de un capitán español durante una batalla entre las tropas del gobernador cumanés Carreño y los miembros de la tribu de Maturín en 1718.

Otros historiadores opinan que el nombre del cacique no es realmente de origen indígena sino francés, al basar su teoría en la leyenda de un presunto misionero católico francés quien habría evangelizado a los indígenas del área a finales del siglo XVII.

Según esta leyenda, el misionero, cuyo nombre o apellido pudiera haber sido Mathurin, bautizó y le puso el nombre de Mathurin a un joven, quien llegó a ser el jefe Maturín.

También existe la posibilidad que el misionero le haya dado a este indígena el nombre de Mathurin en honor de Saint Mathurin, un santo francés del siglo IV.

Otros historiadores niegan tal teoría. Ellos creen que el nombre Maturín es de raíz indígena y proviene de una planta con el mismo nombre. Además existen toponimias que poseen un parecido con la palabra Maturín.

Lo cierto es que la Sultana del Guarapiche, como también es conocida, fue uno de los centros de la guerra por la Independencia de Venezuela, siendo escenario de cinco batallas entre 1813 y 1814 en donde la ciudad resistió a los intentos de los realistas por tomarla. La más famosa de todas fue la Batalla del Alto de Los Godos.

Para ese entonces, los republicanos, al mando de Manuel Piar, consiguieron una victoria relevante contra las tropas del general español Domingo Monteverde.

Por ello, la frase que reza el escudo de Monagas, “resistió con valor”, no es obra de la casualidad, al ser la tierra que vio nacer a mujeres de la valía de Juana Ramírez La Avanzadora, quien no tuvo reparos en unirse junto a su batería de féminas para luchar por la libertad de Venezuela.

La capital de Monagas Siglo XXI

En este siglo XXI, y al estrenar nuevos mandatarios, Ernesto Luna en la Gobernación de Monagas y Ana Fuentes, como una joven alcaldesa, la segunda mujer en ocupar tal distinción en el municipio; ellos tienen grandes retos que están dispuestos a cumplir.

Ya no vale la pena hurgar en el pasado reciente porque en realidad, Maturín y sus valientes habitantes aspiran contar con una ciudad donde se pueda trabajar y transitar con tranquilidad y seguridad en sus calles y en sus propios hogares.

Una ciudad que esté limpia, que permanezca iluminada y donde los más pequeños puedan crecer al igual que la privilegiada naturaleza con la que el Creador dotó a esta Tierra de Gracia, que lo merece todo para desarrollarse y emprender.

Una metrópoli donde valga la pena invertir, donde sus calles y avenidas no estén llenas de troneras que representen un grave peligro para los conductores y transeúntes.

Donde el ciudadano de a pie, pueda contar con un servicio adecuado de transporte público, sin tener que parir para poder trasladarse por Maturín porque no saben con cuál sorpresa se encontrarán al momento de cobrarles la tarifa para el transporte público.

En fin, son muchas las cosas que aguarda esta maravillosa ciudad, que está enclavada en el corazón del Oriente y que sirve de encrucijada para trasladarse hacia los estados vecinos del país.

Hoy se espera mucho de las nuevas autoridades, que tienen un compromiso y una misión por cumplir, para orientar a Maturín a convertirse en el polo de desarrollo número 1 del país. Una ciudad que lo tiene todo para triunfar con el principal capital que es su gente.

El reto lo tienen ahora en sus manos, para que al correr del tiempo se pueda hablar de un antes y un después de una ciudad que lo tiene todo para triunfar con el principal capital que tiene: su gente.