En sus primeras siete temporadas en la LVBP, el perfil del pelotero monaguense Ildemaro Vargas describía a un sólido segunda base y toletero de contacto, con la consistencia necesaria para batear promedio y sumar extrabases, colocando líneas en los callejones de los jardines. En la actual campaña, hay que agregar a esa ecuación la variable del poder.
Esa inesperada capacidad para sacar la bola, lo ha metido en el libro de récords de la liga. El martes sacó el noveno jonrón de la zafra, lo que igualó la marca para un primer bate criollo en manos de René Reyes, desde la 2003-2004, con el uniforme de Leones del Caracas. El miércoles sacudió el décimo vuelacercas, para quebrar la igualdad que sostenía con “Doble R” e igualar el registro absoluto en ese lugar de la alineación con Steve Bowling, jardinero que también jugó con los Leones, pero en la campaña 1976-77, de acuerdo con Quality Sports.
“Súper contento por ese logro. Mi respeto para René, a quien tuve el año pasado como compañero. Me enteré hace un par de días del récord. Aunque no era algo de lo que estaba pendiente, sí estoy satisfecho con lo que está pasando en mi carrera en este momento”, le dijo Vargas a la LVBP.com.
Ildemaro Vargas y el récord para un camarero
Por si fuera poco, según datos del periodista e investigador Tony Flores, la figura de Cardenales de Lara también dejó atrás el registro de cuadrangulares para un camarero, que compartían Mike Goliat (Pampero, 1956-1957) y Alexi Amarista (Caribes, 2010-2011), con nueve.
Los históricos estacazos salieron de los confines del Estadio Luis Aparicio El Grande, el parque más hostil para los paleadores de fuerza en el circuito y en el que antes de la jornada del jueves apenas había sido el escenario de 10 de los 219 bambinazos de la 2021-2022 (solo tres de Águilas del Zulia). Pese a ello, Vargas no se atreve a considerarse un “jonronero”.
“Bueno, lo cierto es que, como todos saben, antes hacía swing a envíos ubicados en cualquier parte, hoy en día aprendí a buscar mi pitcheo, para conectarlo de la manera como lo estoy haciendo ahorita y se está viendo el resultado. Se trata de un éxito compartido con (el instructor de bateo) Selwyn Langaigne, Nelson Prada (coach de banca) y César Izturis (control de calidad)”, destacó Vargas desde Maracaibo.
A casi 700 kilómetros de distancia, en Caracas, Reyes aseguró estar sorprendido por la marca que le unió durante algunas horas con Vargas.
“La verdad que no sabía que era dueño ese récord, si me hubiese percatado, llamo a Ildemaro para echarle broma. Lo que sí sabía era que vino con ese bate encendido, enviando pelotas lejísimo”, sonrío Reyes. “En mi caso, recuerdo que aquella temporada conecté nueve jonrones, pero, ¿una marca?, la verdad no”.
Vargas nunca ha sido considerado un hombre de poder, de hecho, en un lustro en las Grandes Ligas ostenta ocho jonrones y su registro personal en Ligas Menores es de 10 en una temporada, en dos ocasiones diferentes, pero en más de 240 veces al bate. Antes del actual torneo, la mayor cantidad de obuses de “Caripito” en la LVBP era de tres, durante la 2018-2019. Sus 10 tetra batazos de la presente zafra llegaron en 113 turnos.
“Ildemaro tiene mucho mérito por el compromiso de cumplir con el plan que hemos diseñado”, explicó Langaigne sobre el éxito de su pupilo. “Para mí, como coach, es muy importante que el bateador establezca rutinas desde la práctica, para que cuando llegue al juego, solo tenga que reaccionar. Esa debe ser la mentalidad”.
“Lo que ha hecho Ildemaro como primer bate es notable y ahora es cuando le quedan cosas buenas para mostrar. Conozco su potencial. Lo que ha hecho, no me sorprende, no es un secreto. Es lo que he visto de él desde que llegué al equipo. Siempre con la misma energía, el mismo enfoque, solo que, a través del tiempo, maduras y explotas las habilidades que tenías escondidas”, abundó Langaigne.
El nativo de Caripito, Ildemaro Vargas ostenta una frecuencia de un jonrón cada 11,3 visitas al plato. Así que este fin de semana podría seguir aumentando sus récords.
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