Sao Paulo canceló su tradicional fiesta de Año Nuevo en medio de la creciente preocupación por la llegada de la variante ómicron al país, que ya deja al menos tres infectados en la región.
Según explicó el alcalde paulista, Ricardo Nunes, la medida atiende a una orientación del comité científico creado para el combate al coronavirus, que apuntó la necesidad de «cautela» ante la situación epidemiológica de la ciudad.
«Lo que pesó mucho fue la cuestión de la nueva variante ómicron. Me acuerdo que, cuando se presentó la variante delta, la ciudad de Sao Paulo se adelantó e impuso barreras sanitarias», lo que minimizó sus impactos, dijo en una rueda de prensa desde la Gran Manzana.
Nunes destacó que la ciudad presenta indicadores positivos de ralentización de la pandemia y que no pasó nada «grave», pero que el escenario exige precaución y «monitorización».
La mayor ciudad de Suramérica, con unos 12 millones de habitantes, se suma así a al menos otra quincena de las 27 capitales brasileñas que han cancelado sus fiestas de año nuevo a fin de evitar una nueva ola de la pandemia ante la llegada de la nueva cepa al país.
Esta semana, las autoridades sanitarias identificaron los tres primeros casos de la ómicron en Brasil, que también supone la llegada de la variante a América Latina, todos en el estado de Sao Paulo.
Además de la cancelación de la tradicional fiesta de fin de año, que suele reunir unas dos millones de personas en la icónica Avenida Paulista, el gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria, anunció el miércoles el mantenimiento del uso de mascarillas, cuya obligatoriedad en lugares públicos sería levantada el próximo día 11.
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