En un verdadero calvario se ha convertido cocinar para los monaguenses, ante la falta de gas doméstico en los hogares, debido a la larga espera que hay en las comunidades para optar al llenado de las bombonas.
Diariamente, miles de personas tienen que hacer sacrificios para conseguir leña, carbón o valerse de aparatos eléctricos para preparar los alimentos que llevan a sus mesas, lo que representa un desgaste y en muchos casos encarece el presupuesto familiar ante los costos dolarizados de cocinas, tostiarepas, ollas arroceras o parrilleras que utilizan electricidad.
Esta situación causa mucho malestar en la ciudadanía. Es por ello que, como una manera de llamar la atención de las autoridades en busca de una solución, los residentes de las parroquias de Maturín e incluso de los municipios más apartados escriben a los medios de comunicación formulando sus denuncias.
A la redacción de La Verdad de Monagas y el programa Monagas Hoy llegan a diario cientos de mensajes de textos de habitantes de sectores como: Los Guaritos, Las Cocuizas, Los Cortijos, Boquerón, Las Garzas, Terrazas, José Tadeo Monagas, La Pica, casco central de la ciudad, por nombrar algunos de los más afectados, que resumen un solo clamor que se normalice el suministro de gas para los hogares.
María Semprún, vecina de Las Garzas, escribió hace pocos días denunciando que en su comunidad llevan ocho meses sin ser atendidos para la venta de bombonas.
«Estamos cansados de esta situación, nadie nos da una respuesta, son ya ocho meses sin gas, ya basta que se burlen de la calamidad del pueblo, tengo niños pequeños, es horrible tener que cocinar en leña y más con estas lluvias», exclamó Semprún.
Por otra parte, Yésica López, nos dice que otros cinco meses sin gas cumplieron los residentes de Brisas del Aeropuerto, quienes esperan que el consejo comunal y el Clap les anuncien para cuándo el gas?.
El llamado es a las autoridades de Gasmaca para que se aboquen a darle respuesta a los sectores que requieren gas doméstico, un servicio de primera necesidad que se ha convertido en tortura para los monaguenses, a pesar de vivir en un estado privilegio con la emisión de gas.
Lea también:
En Monagas el agua que utilizan es de la lluvia