Los talibanes reprimieron este miércoles su primera revuelta civil desde que el domingo proclamaran su victoria en Afganistán, al enfrentarse a cientos de manifestantes que pedían mantener la bandera nacional y no sustituirla por la insurgente.
La protesta por la bandera tuvo lugar en Jalalabad, capital de la provincia oriental de Nangarhar, cuando «los manifestantes quisieron colgar la bandera tricolor nacional, en vísperas (del aniversario) de la independencia de Afganistán del Imperio Británico«, explicó a Efe un testigo, que pidió el anonimato.
Los talibanes reaccionaron «disparando al aire» y golpeando a algunos de los presentes, entre ellos a periodistas, mientras pedían que la substituyesen por la bandera blanca inscrita con la declaración de fe islámica, que representa su Emirato Islámico.
Pero tras la mediación de líderes tribales, los insurgentes aceptaron finalmente que se colgara la bandera «hasta que se establezca el nuevo Gobierno» talibán, resolviéndose así un conflicto que dejó al menos dos muertos y varios heridos, según recoge la prensa local afgana.
En la entrada solo unos pocos soldados estadounidenses y afganos, que se negaron a rendirse a los talibanes, evitan que la muchedumbre se abalance sobre la puerta, pero nadie trata de facilitar el paso por un cuello de botella por el que es casi imposible acceder.
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EFE