El nuevo primer ministro de Israel, Naftali Benet, ha concedido el plazo máximo de dos semanas a su antecesor Benjamin Netanyahu para que abandone la residencia oficial del jefe de Gobierno en la calle Balfour en el barrio Rehavia de Jerusalén, según se hace eco hoy la prensa israelí.
Al parecer Netanyahu, que ha ocupado esa vivienda quince años, los últimos doce consecutivos (1996-99 y 2009-21), está demorando la mudanza y Benet le envió ayer un mensaje al ahora líder de la oposición para que salga de la residencia en máximo dos semanas.
Benet, un ultranacionalista religioso al frente de partido Yamina, ocupará el cargo de primer ministro los dos primeros años de la legislatura, hasta agosto de 2023, cuando entregará el puesto a su socio de gobierno, el centrista laico Yair Lapid, líder de Yesh Atid (Hay Futuro) y arquitecto del denominado Ejecutivo del cambio.
El nuevo primer ministro no tiene previsto mudarse con su familia a la calle Balfour de Jerusalén, sino que permanecerán en su casa de Raanana, una acaudalada localidad al norte de Tel Aviv, para que sus cuatro hijos no tengan que cambiar de colegio; pero sí planea usar la residencia las noches que permanezca en la capital por trabajo, así como para eventos oficiales y para recibir a dignatarios extranjeros.
Ante esta situación, el diputado de Yesh Atid, Vladimir Beliak, propondrá una nueva enmienda la próxima semana para garantizar que los primeros ministros salientes abandonen la residencia oficial en no más de 14 días después de la toma de posesión de un nuevo gobierno.
Medios israelíes también publicaron esta semana -citando fuentes anónimas del gabinete de Netanyahu- que éste habría ordenado a su equipo la destrucción de algunos documentos confidenciales que guardaba en la residencia oficial el pasado domingo, cuando el Parlamento ratificó el Gobierno del cambio, antes de acometer el traspaso de poder.
La residencia Balfour ha sido el centro neurálgico del poder en los doce años de mandato de Netanyahu, que ha insistido en quedarse ahí incluso en el largo periodo del último año que ha ocupado el cargo de manera interina
El exprimer ministro y su mediática esposa Sara tienen previsto trasladarse a su casa vacacional en Cesarea, una ciudad de la costa, durante varios meses mientras su apartamento en Jerusalén se equipa con medidas de seguridad.
En 1999, después de perder las elecciones ante el progresista Ehud Barak, Netanyahu y Sara tardaron seis semanas en desalojar la residencia, episodio que el exprimer ministro recordó en 2016 con colonos afectados por el desalojo del asentamiento ilegal de Amona en Cisjordania ocupada, alegando que él también sabía «lo que era perder una casa».
«Después de las elecciones de 1999, sin previo aviso, mi familia y yo fuimos expulsados de Balfour. Con todas nuestras cosas nos echaron a la calle. Tuvimos que ir al Sheraton Plaza Hotel. Fue una sensación terrible», dijo entonces Netanyahu.
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